Existe un tipo de gestos, llamados “emblemas”, que pueden ser fácilmente reconocidos porque, sencillamente, significan palabras. Pongamos por ejemplo el gesto de mover la cabeza de un lado a otro, que todos entendemos como un “no” más o menos rotundo, o aquel de agitar una mano en señal de despedida. Otro tipo de gestos son los llamados “ilustradores”, que no significan o están íntimamente asociados a una palabra, sino que la acompañan.
- Vamos a ver ahora los principales instrumentos de gesticulación del cuerpo, junto con posibles significados de los gestos con que se ilustran actitudes o palabras:
o Las manos:
Una mano honesta, que invita a la confianza, al acercamiento, a la verdad, se mostrará en la
extensión de su palma hacia el otro; por el contrario, el gesto de mostrar la palma hacia abajo indica autoridad, posición de dominio. Este mismo simbolismo se aplica al caso del apretón de manos, donde significará también sumisión o dominio el hecho de colocar la mano chocada por debajo o por encima de la del otro. Si la posición es vertical, indicará igualdad y respeto entre las dos personas.
extensión de su palma hacia el otro; por el contrario, el gesto de mostrar la palma hacia abajo indica autoridad, posición de dominio. Este mismo simbolismo se aplica al caso del apretón de manos, donde significará también sumisión o dominio el hecho de colocar la mano chocada por debajo o por encima de la del otro. Si la posición es vertical, indicará igualdad y respeto entre las dos personas.
- La mano cerrada en un puño es signo de agresividad, tensión contenida.
- El gesto de frotarse las manos comunica una expectativa positiva.
- Llevarse las manos a la cara en sus distintas actitudes (taparse la boca, morderse las uñas, frotarse el ojo...) indica inseguridad y, en muchos casos, mentira y ocultamiento.
- Tocarse la barbilla es un gesto de duda, de reflexión. Indica que la persona está a punto de tomar una decisión.
- Las manos en los bolsillos con los pulgares hacia fuera es un estado de contención; la persona está intentando disimular una actitud dominante o de superioridad. Curiosamente, este gesto suele ir acompañado de un balanceo sobre los pies, que invita a la impresión de tener mayor estatura.
- También es gesto de superioridad mantener las manos cogidas detrás de la espalda; es claro indicador de arrogancia.
- La actitud de poner las manos detrás de la cabeza, en posición sentado, es signo de seguridad y confianza en uno mismo. Véase que es una posición completamente abierta.
- La persona de pie y con las manos en las caderas está indicando que está preparada para la acción; es una actitud combativa.
o Los brazos:
- El cruce de brazos es un gesto muy frecuente. Es una forma de protegerse y pone una barrera frente a los otros. También puede indicar superioridad, acentuándose cuando la persona cruza los brazos manteniendo los pulgares hacia arriba.
- El cruce parcial de brazos (sujetarse un brazo con una mano) o el hecho de mantener unidas las manos, también son barreras sociales que indican falta de seguridad y de confianza en uno mismo. También hay gestos de disimulo que sugieren un cruce parcial de brazos, como son tocarse el reloj de pulsera o el puño de la camisa del otro brazo, sostener un bolso entre los brazos o mantener cualquier objeto entre las manos; gestos que implican mantener los brazos en forma de barrera dando sensación de seguridad y ayudando a disimular el nerviosismo.
o Las piernas:
- El cruce de piernas tiene el mismo significado de defensa y protección que el cruce de brazos. Una variante del cruce de piernas estándar, el “cruce americano”, que consiste en apoyar en una pierna el tobillo de la otra. Este cruce también impone distancias al interlocutor y refleja una actitud de competencia o discusión.
- Un cruce de piernas acompañado por el balanceo de uno de los pies, expresa una actitud de aburrimiento y nerviosismo por impaciencia.
- El cruce de tobillos indica inseguridad e intentos de disimular el nerviosismo.
- La postura de colocar las piernas encima de una mesa indica defensa del propio territorio, superioridad, actitud dominante.
o La cabeza:
- Analizamos las tres posiciones básicas de la cabeza: la primera es con la cabeza hacia arriba o “directa”, e indica una actitud neutral con respecto al otro. La segunda es la cabeza inclinada hacia un lado, e indica interés por lo que se escucha del otro. Y la tercera, con la cabeza hacia abajo, señal de negatividad y oposición.
- La expresión facial: El rostro es una de las principales fuentes de comunicación kinésica. Diversas investigaciones han llegado a la conclusión de que son seis las expresiones faciales principales, las que demuestran emociones como alegría, tristeza, asco, enfado, temor y asombro; éstas pueden ser reconocidas como universales. Otras, más específicas y dependientes de la persona que las realiza, emiten la intensidad de las emociones o señales sobre el estado de ánimo.
- La mirada: Aunque forma parte de la expresión facial, la mirada juega, por sí sola, un papel importantísimo en la comunicación no verbal.
“Quien no comprende una mirada, tampoco entenderá una larga explicación “ (Proverbio árabe)
Sólo cuando dos personas se miran directamente a los ojos existe una base real de comunicación, pero pueden existir miradas variantes dependiendo de la relación entre esas personas y el tipo de comunicación que se entabla entre ellas.
Para entablar una buena relación con otra persona, se le debe mirar a los ojos entre un 60% y un 70% del tiempo. Todo lo que sea menos de este intervalo, implica evitar la mirada del otro y, por tanto, ciertas dosis de ocultamiento y deshonestidad.
Si la relación entre los interlocutores está limitada al ámbito profesional o de negocios, es mejor evitar una mirada directa, que pudiera intimidar al otro o mostrar un exceso de confianza; por tanto, es más correcto imaginar un triángulo en la frente de la otra persona y dirigir a él nuestra mirada, lo cual crea una sensación de seriedad y franqueza.
La mirada social cae un poco más abajo; el triángulo abarca desde los ojos hasta la boca del interlocutor, creando una atmósfera agradable.
Por último, la mirada íntima, hace un recorrido más amplio, desde los ojos hasta el mentón y, desde allí, hacia otras partes del cuerpo.
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