· Paralingüística: Estudia las variaciones no lingüísticas dentro del contexto de comunicación, como pueden ser el tono, el volumen y el ritmo.
- El tono: Es el mejor indicativo de las emociones en la comunicación. Una emotividad excesiva, ahoga la voz y el tono se vuelve más agudo, por ello, la mayor proyección hacia los tonos agudos indica inhibición emocional.
- El volumen: Debe ser el apropiado al tipo de conversación que se está manteniendo y procurando un equilibrio con el volumen adoptado por el interlocutor. Un volumen alto implica
dominio, sobreposición en la conversación, esa voz quiere hacerse oír; por el contrario, un volumen bajo se asocia a personas introvertidas, cuya voz no tiene intención de hacerse oír.
dominio, sobreposición en la conversación, esa voz quiere hacerse oír; por el contrario, un volumen bajo se asocia a personas introvertidas, cuya voz no tiene intención de hacerse oír.
- El ritmo: Se refiere a la fluidez verbal que tiene una persona. Puede ser lento o entrecortado, el cual implica una huida de la comunicación y un rechazo al contacto social, siendo, por el contrario, un ritmo fluido, ligero, modulado y animado condicionante de una buena comunicación y de un deseo de contacto interpersonal.
· Proxémica: Es el estudio del comportamiento no verbal relacionado con la utilización del espacio físico inmediato de la persona.
Todos tenemos un espacio de intimidad en torno a nosotros que si se ve vulnerado -la mayoría de las veces por desconocidos- nos produce incomodidad. Ejemplo claro es el encuentro de personas dentro de un ascensor, o nuestro comportamiento dentro de aglomeraciones.
En efecto, cuanto mayor grado de intimidad y confianza se tenga con una persona, menor será el espacio físico que mantendremos con ella, y viceversa.
El espacio personal se extiende más hacia delante que hacia los lados, y es menor hacia la espalda. Entre enamorados se permite un espacio mínimo, y está comprobado que suele ser menor el espacio personal mantenido entre mujeres que el que se permite entre hombres.
La forma de contacto más usual es el apretón de manos. Se prefiere y es muestra de mayor cercanía y cordialidad un fuerte apretón a uno flojo y apagado. También son las caricias una muestra de afecto necesaria en todo contacto humano, ya sea íntimo o no lo sea; al igual que una palmada en la espalda como gesto de aliento, o pasar el brazo por encima de los hombros del otro en señal de apoyo y demostración de que puede contar con nosotros.
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