Un alumno me envía un e mail en el que plantea
dudas sobre la respuesta que ha dado a una pregunta utilizada en multitud de
ocasiones por los entrevistadores “¿Cuáles
son sus metas para el futuro?”. Es difícil que no nos hagan esta pregunta
en una entrevista de trabajo, aunque no siempre aparecerá expresada con esa
misma frase, puede adoptar distintas formas “¿Dónde te ves transcurridos cinco años?”, "Qué espera alcanzar en los próximos años
en esta empresa?”, o cualquier otra forma similar.
En ocasiones, más que saber que hacer es importante saber lo que no hay
que hacer, saber cómo evitar aquello que puede empeorar nuestra situación.
Comentar la idea - aunque ésta exista-
de volver a la facultad, sin añadir nada más, puede crear en la mente del
entrevistador la enorme impresión de que nos sentimos faltos de conocimientos
suficientes. No es lo mismo, añadir que lo hacemos con el planteamiento de
ampliar nuestros conocimientos sobre comercio internacional o cualquier otro
aspecto relacionado con el puesto ofertado. Plantear que deseamos “crear una gran familia, con muchos hijos”
no es relevante para la empresa y además podría eliminarlos de la contienda por
el puesto de trabajo.
Entonces
¿Qué debemos responder? ¿Cuáles son las respuestas adecuadas?
En primer lugar, todas aquellas que demos deben
estar conectadas con el puesto de trabajo que solicitamos, respuestas que aúnen
la idea de un cierto nivel de ambición y una capacidad de esfuerzo y
perseverancia. Ejemplo de ello sería
algo similar a lo siguiente:
- Mis metas a medio/largo plazo están fijadas en implicarme fuertemente en una empresa donde pueda seguir aprendiendo, asumir cada vez mayores responsabilidades y contribuir a dar valor a la organización.
- En el futuro me veo como un empleado que desempeña su trabajo en una organización como esta, fuerte y bien establecida. Mi plan incluye mejorar mis habilidades y continuar participando en