DESCARGAR: LOS USOS DE LA DIVERSIDAD. Thinking as a moral act; The uses of diversity; Anti-antirrelativism (Geertz, Clifford)

LOS USOS DE LA DIVERSIDAD.

Thinking as a moral act; The uses of diversity; Anti-antirrelativism

    * Geertz, Clifford, (aut.)

    * Ediciones Paidós Ibérica, S.A.

    * 128 páginas;

 Clifford Geertz fue uno de los antropólogos norteamericanos más prestigiosos. Este pequeño libro recoge escritos de diferentes periodos, pero en lo sustancial Geertz no ha cambiado. Aquí trata un tema de fondo que supera a la antropología para convertirse en una cuestión filosófica, humana y moral de primera calidad.

   La antropología creció en tierras lejanas, mares cálidos y poblados remotos. Su hábitat fue siempre la diversidad de hombres, sociedades y culturas. Pero aquellos gloriosos tiempos de viajeros indómitos amantes ambivalentes de la otredad más radical parecen haberse difuminado. ¿Cómo puede pensarse el discurso antropológico cuando
el mundo que vivimos es cada vez más un mundo? Clifford Geertz, el antropólogo norteamericano más relevante de las últimas décadas, discute los términos de esta pregunta y defiende un relativismo moderado, que no concluye ni en un escepticismo de la comprensión ni en un pirronismo moral que imposibilitara la crítica intercultural. En la estela del particularismo americano y de la antropología interpretativa, Geertz polemiza con nuevas formas de etnocentrismo, que atribuye ejemplarmente a Lévi-Strauss y Rorty, en una época donde las sociedades de referencia de los antropólogos se han convertido en una suerte de collages culturales. En definitiva, lo que aquí se discute es la dimensión inevitablemente moral en que se desborda cualquier reflexión epistemológica sobre la antropología poscolonial.

La diversidad cultural es un hecho, que la antropología se ha encargado de recoger y, por eso, de demostrar. Aunque existen constantes, hay también profundas diferencias. ¿Conducirá esto al relativismo, y, por eso al pirronismo intelectual, al escepticismo, a cada cual según su cultura? Hay antropólogos serios, antes relativistas, que se han convertido al antirrelativismo. La novedad de Geertz es que es anti-antirrelativista sin por eso caer en el escepticismo.

Hay que comprender las diferencias e intentarlo es un hecho moral: "Juzgar sin comprensión es una ofensa para la moralidad". No se puede abandonar el intento de explicación de lo local, de lo particular en nombre de abstracciones que no significan mucho en la cultura de ese pueblo. Por ese camino, Geertz está más cerca de la tradición antiteórica de la antropología norteamericana (Franz Boas sobre todo), que de una nueva forma de teoría relativista. Pero resulta también claro que por mucho que se deba respetar la diversidad, algunos criterios están por encima de esa variedad, en cuanto comunes a todo hombre. En el fondo late aquí, una vez más, y en otro contexto, la cuestión de la ley natural. Cuestión que, quizá por su educación empirista, Geertz ni siquiera se plantea.

Con todo, sobre el tema del relativismo y sus consecuencias, éste es uno de los escritos más lúcidos y complejos que hoy se pueden leer.

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