Las empresas suelen trabajar a “matacaballo” y no ayudan –en el momento actual- las reducciones al mínimo del personal o el particularismo, entendido como la costumbre de trabajar al margen de los compañeros.
Es arriesgado plantear este tipo de proposiciones sin conocer vuestra empresa, vuestra situación y vuestro puesto específico, quizá la única solución sea una demanda en última instancia, pero de
todas formas vamos a ello.
todas formas vamos a ello.
Presumiblemente habréis firmado un contrato, más tarde –como compensación a vuestro esfuerzo- vuestro volumen de trabajo habrá comenzado a aumentar y seguramente el sueldo no se ha incrementado en la misma proporción.
Bien, lo primero es ser abierto, directo y comunicativo con vuestro superior inmediato, también educado, pero recordad que no sois vosotros los que estáis haciendo trampas. Si planteamos a nuestro jefe el problema -depende de cómo sea él- puede incluso tratar de decirnos que no trabajamos bien. Mantengamos la calma y la cortesía, pero sin ceder en nuestro intento.
Lo más conveniente es dar seriedad al asunto programando una reunión en privado. Esto produce una cierta incomodidad y la incomodidad vulnerabilidad. Debemos acudir tranquilos, no hay ningún motivo para esperar represalias, abrir la conversación de una forma agradable, mantener el contacto visual, sonreír cuando proceda y hablar con claridad.
Elegiremos las palabras que hagan nuestra petición claramente comprensible, tratando de evitar la posibilidad de errores que le sirvan de argumento, haciéndole saber que tenemos un problema que esperamos poder resolver juntos. Como veis tratamos de ser positivos y generar un cierto reto para él, lo cual tiene el beneficio añadido de provocar ideas como... "¿Cuando se podría retomar esto?" si no lo podemos resolver ahora, es decir, después de que la conversación ha terminado nuestra petición persiste en su mente.
Explicaremos con calma que nuestro volumen de trabajo ha aumentado recientemente y está por encima de nuestras posibilidades (si el problema es la carga de trabajo), o de nuestra posición y compensación (si no estamos siendo compensados adecuadamente), planteando de manera clara que el volumen de trabajo que actualmente asumimos no es factible llevarla a efecto, o bien que la cuantía de nuestros emolumentos no es equitativa, o no se corresponde con la tarea actualmente asignada.
Deberemos tener claro cuál de los dos es el caso y que pedimos, si trasladar algunos de nuestros trabajos a otras personas, dejar de aumentar el volumen de trabajo como se ha hecho hasta ahora, o por el contrario optamos por el aumento de sueldo y/o de posición. Es decir, estar seguro de cuál es el problema en concreto antes de hablar con él y saber lo que esperamos.
El problema puede ser que se nos está tratando de manera inadecuada por la asignación de la carga de trabajo de los demás hacia nosotros, o bien que se nos está situando en una posición de poca valoración. La actuación puede ser:
• Declaración.- “… y no creo que sea apropiado. ¿Y usted?” De esta manera le damos la oportunidad de hablar, eso nos beneficia y es también su derecho siempre que no sea grosero o irrespetuoso. Por nuestra parte, tener claro que solamente estamos afirmando nuestros derechos fundamentales y comunicando cómo nos sentimos para resolver la situación.
Él puede tratar injustamente de minimizar la situación, en cuyo caso repetiremos el problema o añadiremos detalles, evitando así la trivialización del mismo. Mientras se mantenga el respeto y no ataquemos su dignidad, la conversación debe de ser provechosa. Posiblemente, nuestro jefe nos presente una serie de excusas (con toda seguridad, cada uno somos más capaces de anticipar su respuesta que yo mientras escribo esto), ese sería un buen momento para aplicar la ya citada técnica del “disco rayado”.
• Hagamos un ejercicio de imaginación:
Tú.- “A pesar de todo debo decirle que el volumen de trabajo ha aumentado más allá de lo razonable y factible, y tengo la necesidad de resolverlo con usted.”
Él.- “ Bueno, últimamente hemos tenido un problema de plazos y por tanto no es usted sólo, todos estamos haciendo un sobreesfuerzo”.
Tú.- “Entiendo sus preocupaciones, pero mi carga de trabajo ha aumentado más allá de lo razonable y factible y tengo la necesidad de resolverlo con usted.”
Él.- “Piense que esto va a ser sólo unos meses, quizá hasta junio en que contrataremos a alguien que asuma parte del trabajo.”
Tú.- “ Entiendo su situación, pero el volumen de trabajo ha aumentado más allá de lo razonable y factible y tengo la necesidad de resolverlo con usted.”
… y así sucesivamente. No debemos permitir que esquive lo planteado, ni dejar que la culpabilidad nos embargue cuando tratamos de resolver una situación injusta.
• A pesar de nuestros esfuerzos para ser directos y mantener la calma, puede suceder que ante nuestros argumentos la otra persona grite, nos critique o provoque. Ante eso debemos decirle que retomaremos el tema de nuevo en otro momento y salir. Después, aprender de la experiencia y tratar de pensar en mejores formas de negociar un escenario similar.
Posiblemente, los resultados no serán inmediatos, pero debemos tratar de arrancar una promesa. Si ésta no se cumpliera en el plazo previsto pues… a negociar con el N+2 y a continuación con el superior del N+2 y con el superior del superior del N+2, o con el Director General y el abogado.
Lenguaje corporal
Para reafirmarnos a nosotros mismos y que los demás nos vean de la misma manera existen unas normas básicas:
• Mantener el contacto visual.
• Mantener nuestro cuerpo en posición vertical.
• Relajar conscientemente los hombros.
• Tratar de respirar normalmente y no mantener la respiración.
• Mantener el rostro relajado.
• Hablar en un volumen normal de conversación (ni gritar, ni susurrar).
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