Más impuestos en tabaco, alcohol y alimentos insanos y más «gasto inteligente» para frenar el despilfarro. Esa es la receta de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para hacer frente a la creciente factura sanitaria que ahoga a todos los gobiernos. El organismo de Naciones Unidas se prepara para la «tormenta perfecta», la que provocará la recesión económica y el aumento de los costes sanitarios de una población cada vez más envejecida.
Ante la tentación de que los países recorten sus prestaciones médicas, la OMS lanza su aviso: se puede y se debe aumentar el presupuesto en Sanidad. La mayoría cuenta «con cierto margen» para ampliar sus presupuestos y si no «pueden reformar sus sistema impositivo», aseguró su directora, Margaret Chan.
Pero la clave, dijo, está en mejorar la eficiencia: «Entre el 20 y el 40 por ciento del gasto sanitario mundial se pierde por la ineficiencia de los sistemas de salud». En el punto de mira se sitúa el excesivo gasto en fármacos caros, la mala utilización de los sistemas hospitalarios y el exceso de pruebas médicas.
Chan lanzó sus críticas, sin señalar a ningún Gobierno en concreto, durante la presentación en Berlín del último «Informe sobre la Salud Mundial». En esta edición, el trabajo se ha centrado en la financiación de los sistemas sanitarios y el camino hacia la cobertura universal. Según este documento, el pago de facturas en medicinas y gastos de hospitalización arrastra cada año a la pobreza a cien millones de personas en el mundo.
Más fármacos genéricos
No es sólo un problema de países pobres. Durante su intervención la directora de la OMS se refirió a la situación que se vive en Estados Unidos, donde las facturas médicas provocan la bancarrota total de muchas familias estadounidenses. «Nadie debe ser forzado a la ruina para obtener atención de salud», señaló.
La directora de la Organización Mundial de la Salud atacó la gestión de los gobiernos y no olvidó lanzar unas cuantas puyas a la industria farmacéutica tras indicar la escasa utilización de medicamentos genéricos, las copias baratas de los fármacos originales: «Debemos luchar contra ciertos intereses, ya que la industria farmacéutica es un negocio muy lucrativo».
El gasto en medicamentos es uno de los puntos de mejora más señalados en el informe: «Se suelen emplear medicamentos caros cuando se dispone de opciones más baratas e igual de eficaces». El uso de antibióticos también se considera excesivo. «... Su almacenamiento es deficiente y se deterioran y hay grandes variaciones en los precios que se negocian con los proveedores». Solo la reducción de gastos innecesarios en fármacos y su mejor utilización podrían ahorrar a cada país hasta un 5 por ciento de su gasto sanitario, se advierte.
Otras soluciones que también se apuntan pasan por una mejor eficiencia en los hospitalesa: reducir los días de ingreso, eliminar el exceso de pruebas cuando no resulta necesario y vigilar muy de cerca el despilfarro y la corrupción.
Para inyectar más fondos al gasto sanitario, la OMS propone a los Gobiernos tirar de presupuesto—«casi siempre hay margen y Alemania lo acaba de hacer»— y aumentar la presión fiscal para hacer frente a las nuevas tecnologías.
Penalizar la comida insana
La agencia sanitaria incluso se atreve a dar ideas, como subir las tasas al tabaco y al alcohol. Otra fórmula más original es elevar los impuestos de los billetes de avión o penalizar con tasas la comida más insana, desde alimentos ricos en grasas «trans» a aquellos que contienen mucha sal a refrescos azucarados.
«Las políticas sanitarias hacen la diferencia», señaló Margaret Chan quien está convencida de que es posible universalizar la sanidad. Y como muestra citó los pasos que en ese sentido han dado países de bajos ingresos como Brasil, Chile, China, México, Ruanda y Tailandia.
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Entre el 20% y el 40% del gasto sanitario mundial se pierde por la ineficiencia de los sistemas de salud, advirtió la OMS en un informe destinado a orientar a los países sobre la forma de avanzar hacia la cobertura universal.
'La necesidad de una orientación en esta área es aún más acuciante en un momento que se caracteriza por la recesión económica y por unos costes crecientes de la atención sanitaria ya que la población envejece, aumentan las enfermedades crónicas y se dispone de tratamientos nuevos y más caros', afirma la directora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Margaret Chan, en el prólogo del estudio.
El texto muestra cómo tanto los países ricos como pobres pueden ajustar sus mecanismos de financiación de la salud para permitir que más personas puedan acceder a los servicios que necesitan.
La OMS apunta especialmente a acabar con sistemas de financiación basados en su mayor parte por la facturación de los servicios directamente a los pacientes en el momento de su uso, pues ello lleva cada año a 100 millones de personas a la pobreza. 'En algunos países, hasta el 11% de la población sufre algún tipo de dificultad financiera grave cada año y hasta el 5% se ve arrastrada a la pobreza' por tener que pagar por los servicios de salud, constata el estudio.
'A nivel mundial, alrededor de 150 millones de personas sufren catástrofes financieras anualmente y 100 millones se ven obligadas a vivir por debajo del umbral de pobreza', agrega. Por ello, la OMS advierte contra 'la dependencia excesiva de los pagos directos en el momento en que la gente necesita asistencia'. 'Aún disponiendo de algún seguro médico, puede ser obligatorio contribuir en forma de copagos, coaseguros o deducibles', señala. La disponibilidad de recursos es otra de las barreras hacia la cobertura universal.
La OMS considera que 'si los gobiernos de los 49 países más pobres del planeta asignaran cada uno el 15% de su presupuesto nacional para la salud, podrían movilizar 15.000 millones de dólares suplementarios al año, es decir, casi doblar los fondos disponibles'.
El estudio cita algunos ejemplos de cómo países en desarrollo han obtenido más fondos para la salud, como Indonesia, que aumentó sus impuesto 10 puntos, o Ghana, que incrementó un 2,5% el IVA. 'Un estudio de 22 países de ingresos bajos mostró que podrían reunir entre todos 1.420 millones de dólares suplementarios sólo aumentando el 50% el impuesto al tabaco', señala la OMS.
El organismo considera que gastando el dinero de forma más inteligente se podría aumentar la cobertura sanitaria a escala mundial, pues calcula que actualmente se despilfarra entre el 20 y el 40% de los recursos. 'Se suelen emplear medicamentos caros cuando se dispone de opciones más baratas e igualmente eficaces. En muchos países el uso de antibióticos e inyecciones es excesivo, su almacenamiento es deficiente y se deterioran, y hay grandes variaciones en los precios que negocian las agencias de aprovisionamiento con los proveedores', señala el informe.
'La reducción de gastos innecesarios de medicamentos y el uso más adecuado de los mismos, sumados a la mejora del control de calidad, podrían ahorrarles a los países hasta el 5% del gasto sanitario', agrega. Otras soluciones que ve la OMS para mejorar la eficiencia de los sistemas sanitarios pasan por sacar el máximo partido a las tecnologías y servicios sanitarios, motivar al personal sanitario, mejorar la eficiencia hospitalaria, conseguir la asistencia correcta la primera vez reduciendo los errores médicos, eliminar el despilfarro y la corrupción y evaluar críticamente cuáles son los servicios necesarios.
'Muchos países de ingresos bajos y medios han demostrado en la última década que acercarse a la cobertura universal no es un derecho exclusivo de los países ricos', afirma el informe, que destaca los pasos dados por Brasil, Chile, China, México, Ruanda y Tailandia.
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