Una vez que habíamos derribado el mito de que las empresas las crean gente muy joven, en el anterior post nos preguntábamos “¿qué pasa con los trabajadores de edad avanzada?” y para tratar de destruir esas creencias, poníamos como ejemplo el estudio desarrollado por Birgit Verwonk de la alemana Dresden University of Applied Sciences para una gran empresa del mismo país, cuyo resultado demostró que los trabajadores de mayor edad son los que tienen mejores ideas para hacer los procedimientos y procesos más eficientes, produciendo rendimientos significativamente más altos para la empresa que los trabajadores más jóvenes, lo cual obligó a esta gran empresa a plantearse la eliminación gradual de su programa de jubilaciones anticipadas.
Pues bien, teniendo en cuenta este tipo de resultados nos podemos hacernos una pregunta ¿Porqué la idea de que las personas mayores son menos productivas e innovadoras está tan arraigada? Una vez más tenemos que decir que hay estereotipos profundos y narrativas culturales en juego, David Galeson, un economista de la Universidad de Chicago, identificó dos tipos de creatividad. Uno se basa en nuevos conceptos radicales, en el que los jóvenes innovadores son excelentes (en base a este concepto crearon Picasso o Einstein) y el otro basado en la experimentación y sondeo que se relaciona con una mayor edad en la vida y en base a cuyos cánones crearon personajes como Cézanne o Darwin. Es complejo y desde luego no motivo para tratar en un blog la explicación de ambos conceptos, pero solamente añadir que el segundo tipo de innovación es más vacilante y a menudo un trabajo progresivo, menos explosivo que el primero, pero que igualmente lleva a alguna de las ideas más geniales a lo largo de la historia. No seré yo quien sea capaz de valorar si a pesar de estar relacionados con diferentes procesos de creatividad en distintas etapas de la vida, sea mejor el trabajo de Picasso o Cézanne o si han realizado mayores aportaciones a la ciencia Einstein o Darwin, pero sí me atrevo a afirmar que la pérdida de cualquiera de ellos hubiera supuesto una minusvalía importante para nuestra cultura y nuestra ciencia. ¿Por qué entonces las empresas y nuestro tiempo se empeñan en prescindir de una de esas dos formas de creatividad, la generada por personas de más edad? Puesto que venimos explicando que contra la opinión generalizada es esa la que más beneficios produce, la única respuesta posible es que esta situación se da en base a un mito estúpido que hay que derribar.
Este tremendo error tiene efectos secundarios desagradables, se convierte en la razón por la que algunos capitalistas de riesgo a menudo no devuelven las llamadas de personas innovadoras de más de 40 años, capitalistas que desconocen que es más arriesgado financiar a niños prodigio o que pierden las oportunidades que personas de más edad pueden ofrecerles siendo más seguras que las otras.
La manera en que las empresas tienden a organizarse también tiene la culpa. Las empresas suelen poner los nuevos empleados recién salidos de la universidad en sus proyectos más innovadores, al tiempo que los trabajadores de edad realizan trabajos de rutina en los sistemas existentes. Esto quedó demostrado en un amplio estudio desarrollado por Verwonk. Por otro lado, muy pocas empresas gastan lo suficiente enformación continua para mantener los conocimientos de sus empleados mayores.
Pero no solo vamos a culpar a las empresas, los propios trabajadores tienen también la culpa, muchos de los antiguos empleados adoptan prematuras posturas conformistas que les llevan a la obsolescencia precoz de sus conocimientos en lugar de actualizar sus habilidades. En la unión europea, por ejemplo, solamente el 30 por ciento de los empleados mayores de 55 años participan en cursos de formación relacionados con su trabajo, en comparación con el 50% de sus colegas más jóvenes.
Una cosa está clara, cambiar el modo de pensar acerca de los empresarios y los trabajadores mayores de edad no va a ocurrir por sí solo. Los equipos compuestos por trabajadores de diferentes grupos de edades, tales y como el fabricante de automóviles BMW los está utilizando, es uno de los enfoques posibles y tiene el beneficio adicional de reducir al mínimo la pérdida de conocimiento que se produce cuando los trabajadores de edad se jubilan. Siemens, el gran conglomerado tecnológico de Múnich, también a instituido un sistema transversal de tutoría en la que los empleados mayores actualizan sus conocimientos con la aportación de los más jóvenes, al tiempo que estos validan y modifican sus conocimientos mediante las enseñanzas de los de mayor edad. Estos cambios son según Verwonk un buen comienzo, pero aún queda mucho por hacer. La presión demográfica y económica obligará pronto a los trabajadores, empresas y economías a repensar ciertos estereotipos. Con un menor número de trabajadores jóvenes, el aumento de la edad de jubilación y las carreras basadas en un solo empleador desapareciendo rápidamente, prescindir de los trabajadores de más edad va ser un lujo que nadie puede permitirse por más tiempo.
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Totalmante de acuerdo. Pamplona
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