En las dos entradas anteriores hemos analizado
algunos aspectos de la cultura británica en lo referente a las relaciones
interpersonales, haciendo hincapié en la comunicación y el estilo de
negociación. Vamos ahora a desvelar algunas de las características principales
de esa cultura en lo relativo a comunicación propiamente dicha.
Supongo que tenemos claros los conceptos de
comunicación "verbal" y "no verbal", la importancia de
ambas y como funcionan de manera inseparable, aunque la importancia de la
primera (la verbal) sea muy inferior a la de la Comunicación No Verbal. Ya
explicamos en su momento que entre el 60 y 80% de nuestros mensajes van a ser
transmitidos a través de nuestro lenguaje corporal no verbal, siendo su
importancia mucho mayor que aquello que expresemos con palabras. Sin embargo,
como el estilo de publicación británica se describe como "explícito",
los mensajes que transmiten en gran parte a través de la palabra.
Debemos tener en cuenta que la palabra, la Comunicación
Verbal, se transmite principalmente a través de dos canales diferentes:
"Contenido" y "Forma". Como señalé en el anterior post la
cultura británica está clasificada como de "bajo contexto", lo cual
significa que a excepción de la pequeña charla de presentación o apertura los
británicos se centran en el asunto a tratar rápidamente. Siempre -no sólo en
Inglaterra- es aconsejable tratar de iniciar una conversación con preguntas
abiertas (aquellas que permiten a nuestro interlocutor una explicación más
amplia, en vez de preguntas cerradas, es decir, las que deben ser respondidas
con un sí o un no.
Entre los británicos -para cortar el hielo del primer encuentro- son
bienvenidos temas como
el clima, los deportes, algún asunto de actualidad,
historia de su país como cultura y música popular. Las personas que pertenecen a
esa cultura suelen ser tolerantes con los demás puntos de vista, sin embargo,
es preferible evitar determinados temas, entre otros la política, la religión,
la familia real y sobre todo, cualquier aspecto de su vida personal que no nos
haya sido transmitido por nuestro interlocutor. Aquella gente del norte son muy
celosos de su intimidad y la mera sospecha de que podamos haber investigado
mínimamente a su familia o su trabajo, puede generar un enfrentamiento.
Si bien es cierto que el estilo de comunicación británico, como ya
hemos dicho, es bastante directo, esto no elimina una gran precaución en sus
respuestas. Hacer negocios al otro lado del Canal de la Mancha supone que a
preguntas directas nos contesten frecuentemente con evasivas, lo cual llevará la
conversación a una situación de sutileza y ambigüedad. Puede que nuestro
interlocutor utilice el humor o el
eufemismo, es el famoso "humor inglés", pero cuidado, en muchas
ocasiones la utilización del humor por parte de un británico no significa una
apertura, sino un mecanismo de defensa, sobre todo si al fondo de ese
"humor inglés" encontramos un cierto tono de ironía. El uso del humor
por los británicos es una forma de ocultar determinadas emociones ("Stiff
Upper Lip").
Citados más arriba el segundo canal por el que se transmite el
contenido de la información, es decir la "Forma" de lo que se dice o
en que se dice, lo cual tiene una gran importancia. Nosotros, la gente del sur,
aunque no esté excesivamente bien visto podemos interrumpirnos, hacer aclaraciones
en mitad de una frase cortando el discurso de nuestro interlocutor, pero esto
resulta imperdonable determinadas culturas. Para los anglosajones (ya hemos
dicho que son secuenciales, primero una cosa y luego otra) esto puede resultar
imperdonable, a menos que nuestro interlocutor sea un minero galés incapaz de
tenerse en pie ni aferrado a una farola
mientras vomita litros de cerveza, pero a ese nos lo encontraremos en algún
lugar de la costa española más fácilmente que por allí arriba. De todos es
conocido el hecho de que en banquetes de gala tienen la costumbre de hablar
alternativamente con las personas situadas a derecha e izquierda, controlando
perfectamente el tiempo dedicado a cada uno, lo curioso es que el tiempo lo
controla tanto el que escucha como el que habla.
Trate también de evitar pausas incómodas llenando el silencio con
cualquier charla entretenida, haciendo un esfuerzo para expresar oraciones
completas. La elocuencia es muy valorada por los británicos… preste atención a
la corrección de la lengua.
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