"Como algunos pueblos africanos
vivimos sumidos en marasmo de siesta
y cuando nos sacuden,solo aparece
el instinto de conservación
o un ataque epiléptico
para cambiar de postura".
Unamuno. Incluido en
Obras completas, III, pp. 686-688
El concepto de proletariado es básico para el marxismo, pues en él se basa toda la teoría y, sobre todo, permite hablar en las reuniones empleando términos tan chulos como “lumpemproletariado” que epatan mucho y te hacen sentir importante (en general el truco es
coger cualquier palabra que tenga una connotación negativa y añadirle el sufijo, largo pero resultón, -proletariado, lo que permite construcciones como subproletariado o Laportaproletariado). El proletariado es todo y debe confluir en una voluntad universal que imponga un nuevo orden que satisfaga sus necesidades, que son las de todos (no olvidemos que el proletariado es “el eso” y, en consecuencia, es todo).
coger cualquier palabra que tenga una connotación negativa y añadirle el sufijo, largo pero resultón, -proletariado, lo que permite construcciones como subproletariado o Laportaproletariado). El proletariado es todo y debe confluir en una voluntad universal que imponga un nuevo orden que satisfaga sus necesidades, que son las de todos (no olvidemos que el proletariado es “el eso” y, en consecuencia, es todo).
El problema de las grandes construcciones de teoría política es que inevitablemente tropiezan con la existencia de intereses en conflicto y todas ellas pretenden una composición idónea de los mismos. El marxismo, gracias a su “eso” particular, logró zafarse de esa peligrosa dinámica y construir un modelo de sociedad donde no hay intereses encontrados. Como el proletariado en realidad representa todos los intereses, sólo los suyos deben ser tenidos en cuenta. Aquí aparece el principal escollo de la construcción marxista, pues con ese presupuesto de hecho, la conclusión más lógica es que el marxismo ha de aparecer por sí sólo, sin que nadie lo busque.
Precisamente Marx, con lógica germánica, sostenía exactamente esto (afortunadamente, pues cuando un alemán pone manos a la obra no hay quien le pare) y en consecuencia no se dedicó más que a propagar la buena nueva. Todo ello se basa en el estudio, cómo no, de las contradicciones del modelo de acumulación de capital, y si bien las conclusiones que extrajo no pueden considerarse especialmente afortunadas, no cabe duda de que el análisis que Marx realiza del capitalismo industrial es excelente. A partir de ese momento una nueva rama del saber había surgido, y con ella más problemas todavía. Continúa aqui
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