22 dic 2010

TRABAJO Y EDAD. (I).Tratar con colaboradores mayores.

Tengo la suficiente edad para haber vivido ambos extremos, una cierta responsabilidad sobre otras personas de más edad que la mía y también  la dependencia orgánica y funcional de personas más jóvenes que yo. Desde la experiencia vivida vamos a intentar descubrir aquellas cosas que resultaron positivas para la relación en el trabajo y las que -por el contrario- considero que pueden ser negativas en esta situación.
Todos los jefes deben gestionar la política del equipo y esta es una tarea complicada cuando sus colaboradores tienen más edad. Algunos afirman haber visto el escepticismo ante sus planteamientos en los ojos de aquellos trabajadores de más edad, e incluso algunos de estos empleados piensan que tienen derecho a pesar de las capacidades de “alguien tan joven”, lo cual implica que se consideran más preparados que esa persona, o tienen dudas sobre sus conocimientos y capacidades.
¿Cómo enfrentarse a esta situación y ayudar a calmar los resentimientos de esos “colaboradores”, ayudándoles así a trabajar mejor? Vamos a intentar dar unas nociones que pueden ayudarnos. Citaremos Díez cuestiones que pueden limar las dificultades en la gestión de colaboradores de más edad.
- No seas el jefe, al menos que no parezca que lo eres, aún menos nada más llegar. Recuerda que los viejos hábitos necesitan tiempo para ser desterrados. Darles tiempo para acostumbrarse a ti, a tu forma y tu estilo de liderazgo. Mientras ese momento llega, simplemente dejarles desarrollar su tarea.
- Escúchales atentamente. No desprecies sus conocimientos, puede que te enseñen algo. Es posible que no sean tan hábiles como tú lo eres en algunos aspectos informáticos. En ese aspecto unos podrán adecuarse mejor y otros nunca alcanzarán el manejo de Bloomberg que tú tienes. Una de las frases más razonables la dijo Albert Einstein al afirmar que “Todos somos muy ignorantes. Lo que ocurre es que no todo se ignoramos las mismas cosas.”. Seguro que ellos también pueden enseñarte algo. Escuchar es lo mejor que puedes hacer para tus empleados y para ti (tanto profesionalmente como personalmente).  Escucha sus experiencias. Escucha sus necesidades individuales. Escucha sus quejas y preocupaciones.   No interrumpas - sólo escucha y piensa en lo que ellos te dicen. Cada vez que los empleados revelan algo es una oportunidad para aprender de ellos, entender lo que realmente les motiva y como inspirar su mejor trabajo.
 - Utiliza su experiencia. Ellos han sobrevivido a situaciones que muy probablemente se repiten en la empresa, conocen como solucionarlas, de las actuaciones posibles saben las que funcionan y las que no.
- Intenta comprender las diferencias en el estilo de vida. Si trabajan bien, pero no están dispuestos a acudir a una comida de trabajo, quizá sea porque nunca se lo demandaron. Es preferible que trates de reorganizar este tipo de situaciones, aproveches su capacidad de trabajo y le evites problemas con su familia que tampoco entendería el cambio.
- Valídalos. Al tomar una decisión consulta le su punto de vista. Incluso si finalmente decide es de manera diferente estas mostrándole que su opinión cuenta. Seguro que tienes capacidad para explicarles por qué tomas esa otra decisión.
- Indaga lo que les motiva. Unos pueden desear primas de cumplimiento, otros una cierta flexibilidad en el horario. Si es posible, no cambies nada sin consultarles. Por supuesto, se siempre realista y acepta solamente aquellas expectativas que coincidan con las de la empresa.
- Habla con esos colaboradores. En general es una buena práctica mantener una comunicación fluida con tu equipo, informándoles constantemente sobre los posibles cambios y procurando ser muy específico. No asumas que ellos saben lo que quieres si no lo has dicho alto, claro y conciso.
- No te dejes intimidar. Cuando tomes una decisión sé firme. Esa es una forma de conseguir el respeto.
- Introduce un programa de tutoría. Generalmente los empleados mayores están dispuestos a tutorizar a los más jóvenes, a los becarios. Ello hace que se sientan también importantes y portadores de un conocimiento y que intenten demostrar su capacidad de trabajo. Al mismo tiempo que estarán transmitiendo su experiencia antes de abandonar la empresa.
- Trátales como a los demás. Si fallan en su trabajo o no cumplen con lo que esperas de ellos, tendrás que decírselo, no se trata de charles una reprimenda delantera de los demás, ni a ellos ni a nadie. Recuerda siempre que las alabanzas en público y las reprimendas en privado. Por tanto, en privado pero como a todo el mundo.
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2 comentarios:

  1. Estos son consejos perfectamente aplicables, también, al ámbito personal.
    Un saludo

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  2. Sahndrah: El trabajo y lo personal son partes de la vida en los que las relaciones se entablan entre personas, en ambos casos. En definitiva, posiblemente solo estemos hablando de "sentido común", pero...es tan escaso que a veces queda tapado por materias como la prepotencia que tanto abundan.
    Gracias por tu observación y un saludo

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