En algún otro lugar de este blog dije con anterioridad que la comunicación es la fundamentación del trabajo en equipo, pero no me cansaré de insistir en que es imposible trabajar con eficacia, hacer partícipes a los componentes del equipo de los objetivos, la visión, los papeles y responsabilidades asignados o cualquier otro de los aspectos necesarios para un trabajo en grupo y que todo esto sea asumido, sin una correcta comunicación. No me cansaré de repetir que “la comunicación es el cemento que mantiene unidas y en pie a las organizaciones”.
La comunicación (ya se ha dicho en algún post anterior) no es algo que fluye en una sola dirección, no es solamente el lenguaje hablado, ni el escrito, es todo eso y también
la recepción de información de retorno siempre que exponemos cualquier cosa ante una persona o un auditorio, es la necesidad de entender esa respuesta que nos dirá si lo transmitido ha sido entendido y aceptado, o necesita de una nueva explicación y de un refuerzo, es ,por tanto, tambien esa información “de retorno” . Comunicamos siempre, en cualquier circunstancia y situación, aunque creamos no hacerlo. No podemos “no comunicar”. El caso extremo de esa supuesta ausencia de comunicación sería un cadáver, pero en su misma inmovilidad nos está comunicando su ausencia de vida y otras muchas cuestiones. Por tanto, la comunicación también son los aspectos no verbales, nuestros gestos, nuestra indumentaria, multitud de aspectos subconscientes que van a dar información y apoyar o negar la veracidad e importancia de lo que estamos planteando. Vamos por tanto a abordar, con la brevedad impuesta por este medio, cómo mejorar la transmisión de mensajes a nuestro equipo y vamos a hacerlo planteándonos en primer lugar unas preguntas.
la recepción de información de retorno siempre que exponemos cualquier cosa ante una persona o un auditorio, es la necesidad de entender esa respuesta que nos dirá si lo transmitido ha sido entendido y aceptado, o necesita de una nueva explicación y de un refuerzo, es ,por tanto, tambien esa información “de retorno” . Comunicamos siempre, en cualquier circunstancia y situación, aunque creamos no hacerlo. No podemos “no comunicar”. El caso extremo de esa supuesta ausencia de comunicación sería un cadáver, pero en su misma inmovilidad nos está comunicando su ausencia de vida y otras muchas cuestiones. Por tanto, la comunicación también son los aspectos no verbales, nuestros gestos, nuestra indumentaria, multitud de aspectos subconscientes que van a dar información y apoyar o negar la veracidad e importancia de lo que estamos planteando. Vamos por tanto a abordar, con la brevedad impuesta por este medio, cómo mejorar la transmisión de mensajes a nuestro equipo y vamos a hacerlo planteándonos en primer lugar unas preguntas.
-¿CÓMO PUEDO SABER SI COMUNICÓ ADECUADAMENTE?
Aunque el tema es bastante más complejo de lo que cabe en un “diálogo de ascensor” como éste, existen una serie de apreciaciones básicas que nos dirán si estamos comunicando de una forma correcta. Si sus interlocutores realizan preguntas sobre el tema, mantienen el interés y el contacto visual, si en algún momento se inicia un diálogo o intercambio de impresiones entre diferentes asistentes a la reunión, entonces –seguramente- usted esté realizando una comunicación adecuada. Un pequeño truco consiste comprobar si su auditorio es capaz de repetir lo comunicado.
- ¿CUÁL ES MI ESTILO DE COMUNICACIÓN?
Existen diferentes estilos en la forma de comunicar y la eficacia de los mismos es igualmente variada. Es interesante valorar dónde están los aspectos positivos y negativos de nuestra forma de comunicar, para cambiar aquellos que entorpecen nuestro mensaje y fortalecer lo mejor de nosotros en ese aspecto. Esos estilos de comunicación (simplificando mucho) se corresponden con los 3 tipos de personalidad básicos (pasivo, asertivo y agresivo) que ya fueron explicados cuando hablábamos de asertividad y podéis recordar pinchando aquí.
Debemos observar, mejor en compañía de un amigo u otra persona que pueda hablarnos sinceramente y nos conozca lo suficiente, cuál es nuestra personalidad. Así será nuestro estilo de comunicación.
De todas maneras podemos plantearnos una serie de preguntas:
¿Suelo explicar las razones por las que tomamos una determinada decisión?
¿En la mayoría de las ocasiones impongo mi opinión o escucho a los demás?
¿Trató de evitar la confrontación?
¿Cuándo alguien tiene una idea diferente me incomoda o prefiero escuchar con el planteamiento de que quizá haya algo positivo en ella? Etcétera.
- COMUNICANDO TAMBIÉN DEBEMOS DE SER ASERTIVOS.
Como ya hemos explicado lo que es la asertividad, ya sabemos qué es lo mejor para nosotros y también para la contraparte. La persona asertiva no elude ninguna cuestión ni evita zonas potencialmente sensibles, es capaz de plantear las cosas claramente y de una manera franca, siendo responsable de lo que dice y abordando los hechos, sin prejuicios y sin dejarse intimidar ni intimidar a los demás. La asertividad y por tanto la comunicación asertiva se caracteriza por el respeto mutuo, por una escucha atenta por ambas partes, ausencia de críticas y comportamientos dominantes. Ser asertivo implica no utilizar el cinismo, la mentira, ni ser despectivo o arrogante en nuestros comentarios hacia los demás o respuestas a sus aportaciones.
-NO CONFUNDA ASERTIVIDAD CON DOMINACIÓN.
Es inevitable en ocasiones dar una orden clara y rotunda, pero sí ese es nuestro planteamiento habitual y nuestra forma de comunicar con el equipo, este –más pronto que tarde- se revelará de una forma más o menos visible contra nosotros, dejando la colaboración voluntaria y entusiasta para mejores fines. Si las cosas no marchan, pregunte a sus colaboradores el porqué de su falta de cooperación, es posible que usted haya leído mal sus intereses y motivaciones o en su desconocimiento o torpeza, no haya sabido crear y mantener unos canales de comunicación adecuados y estimular una atmósfera donde la reacción positiva sea la habitual.
Continúa AQUÍ.
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