El anteproyecto de la Ley de Salud Pública, al que ha accedido EL PAÍS, recoge como uno de sus ejes principales el derecho a la información del ciudadano sobre todo lo que pueda causar alguna incidencia en su salud. Así, el ciudadano podrá conocer los niveles de calidad del agua, la contaminación atmosférica o los efectos de los agentes químicos, físicos y biológicos en su bienestar, e incluso si el sanitario que le atiende está vacunado contra la gripe.
El anteproyecto -más de 100 páginas que ahora están en proceso de estudio y alegaciones de instituciones sanitarias y sociedades científicas- lleva ese derecho de la información y prevención incluso al terreno asistencial. Determina que los profesionales sanitarios tendrán la obligación de informar a sus pacientes, por ejemplo, de si se han vacunado o
no. Tras eso, el ciudadano podrá decidir que ese médico o ese enfermero no le atienda. La ley recuerda a los profesionales que inmunizarse es voluntario, pero afirma que “esa libertad acarrea la necesidad ineluctable” de que informen de su situación de no vacunación.
no. Tras eso, el ciudadano podrá decidir que ese médico o ese enfermero no le atienda. La ley recuerda a los profesionales que inmunizarse es voluntario, pero afirma que “esa libertad acarrea la necesidad ineluctable” de que informen de su situación de no vacunación.
Una vez más el actual gobierno limita la libertad de las personas. Puede haber sanitarios que debido a otra patología decidan no vacunarse. ¿Habrá que desnudarse de todos los antecedentes personales delante de los pacientes? En realidad esto legaliza que cualquiera puede hurgar en las historias clínicas de los profesionales currantes. Ya me gustaría a mí conocer los desvaríos psiquiátricos de los políticos que pueden proponer semejante barbaridad. No puedo dejar de imaginar los comentarios en el pueblo cuando se sepa que Don Andrés, el médico, pilló una blenorragia en el 73, o Doña Carmen, la enfermera tiene unas hemorroides como puños.
En fin, el mundo al revés, ahora el paciente se sentará en la silla del galeno y realizará una anamnesis como Dios manda, mientras el médico agacha la cabeza y confiesa sus más ocultos secretos.
¡PAÍS DE LOCOS!
No me extraña nada el gesto de la foto.
ResponderEliminarMédico de León