Existe un cierto consenso en el sentido de que la investigación cualitativa aparece como un ámbito propio de la Antropología y de la Sociología en la década de los setenta. Personalmente no comparto ese cuasi “paradigma” y afirmó rotundamente (en mi tesis doctoral dedico parte de un capítulo a defender esta posición) que la investigación cuantitativa, al pretender ser mayoritariamente investigación aplicada, termina en la mayoría los casos siendo investigación cualitativa, puesto que antes de su aplicación siempre pasa por una interpretación que necesariamente emplea
consideraciones cualitativas que eliminan esa supuesta “objetividad” que algunos emplean para defender una falsa superioridad de la cuantitativa sobre la cualitativa. Es cierto que los defensores de esa mayor exactitud de la investigación cuantitativa han descendido claramente en número y beligerancia desde que escribí aquel capítulo de mi tesis, pero aún desde las ciencias no sociales suele plantearse esa pretendida preeminencia.
consideraciones cualitativas que eliminan esa supuesta “objetividad” que algunos emplean para defender una falsa superioridad de la cuantitativa sobre la cualitativa. Es cierto que los defensores de esa mayor exactitud de la investigación cuantitativa han descendido claramente en número y beligerancia desde que escribí aquel capítulo de mi tesis, pero aún desde las ciencias no sociales suele plantearse esa pretendida preeminencia.
A partir de la citada década de los setenta la investigación cualitativa comenzó a ser utilizada en otras disciplinas al margen de las citadas Antropología y Sociologíade, convirtiéndose en un hecho común en otros campos de la investigación, entre ellos el trabajo social, estudio sobre la mujer, la discapacidad, la Comunicación/información, la Gestión, las Ciencias Políticas, la Enfermería y ciencias sanitarias próximas, la Psicología, etcétera. Los estudios sobre consumo y la industria que los generaba supieron aprovechar rápidamente la gran capacidad para predecir comportamientos de este tipo de investigaciones, hoy es difícil encontrar la salida de un nuevo producto que no haya realizado un estudio cualitativo (con una mayor o menor ortodoxia en su realización) antes de su entrada en producción, desde el más pequeño de los cosméticos, hasta el más grande de los automóviles.
El gran desarrollo de la investigación cualitativa produjo a comienzos de la década de los noventa una serie de críticas exacerbadas desde las filas de los investigadores cuantitativos, la mayoría de ellos centrados en una supuesta falta de fiabilidad e imprecisión en los modos de análisis de datos. Nuevas técnicas desarrolladas vinieron a resolver esos posibles problemas planteados. Durante las últimas dos décadas un hecho lamentable, el que numerosas revistas y publicaciones científicas no aceptaran la publicación de investigaciones cualitativas, ha sido superado, en el momento actual no solamente las principales revistas y todas las de mayor tirada, sino aquellas que intentaron mantener esa supuesta “pureza” que les daba el solo publicar investigaciones cuantitativas, publican artículos basados en la investigación cualitativa.
Muy bueno.......................
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