Desde 1911, fecha en que apareció la primera edición de “The Mind Of Primitive Man”, se realizaron numerosos trabajos en todas las ramas de la ciencia, que tuvieron que ser tomados en consideración por los problemas que el libro trata. El estudio de la herencia dio pasos importantes y llegó a aclarar el concepto de raza. La influencia del medio ambiente sobre el físico y el comportamiento fue el tema de muchas investigaciones y las actitudes mentales del hombre “primitivo” fueron estudiadas desde nuevos puntos de vista. Por esta razón, una gran parte del libro tuvo que ser escrita y corregida de nuevo.
Es un hecho que hasta la llegada de Boas las concepciones etnocéntricas viciaban la mayoría de las investigaciones antropológicas. Él es precisamente quien percibe el carácter etnocéntrico de todas las culturas, necesario para su supervivencia como tales, de donde deduce la exigencia de neutralizarlo científicamente, inyectándole la correspondiente dosis de relativismo... En esta obra, lo anterior cobra toda su vigencia en lo que se refiere al tema central de la misma: el concepto de raza utilizado por
la cultura occidental. Las investigaciones científicas no le permitían a Boas establecer superioridad de ninguna raza frente a otra, cuestión discutible según otros investigadores. Esto le valió la condena de su propio país, donde se quemaron sus libros. El virus del nazismo, con su creencia en la superioridad de la raza aria, había infectado aquella sociedad, y Boas, que era de origen judío, aunque vivía en Nueva York, se sintió aludido por aquella monstruosa aberración...
la cultura occidental. Las investigaciones científicas no le permitían a Boas establecer superioridad de ninguna raza frente a otra, cuestión discutible según otros investigadores. Esto le valió la condena de su propio país, donde se quemaron sus libros. El virus del nazismo, con su creencia en la superioridad de la raza aria, había infectado aquella sociedad, y Boas, que era de origen judío, aunque vivía en Nueva York, se sintió aludido por aquella monstruosa aberración...
La antropología académica en Estados Unidos fue establecida por Franz Boas, quien aprovechó su puesto en la Universidad de Columbia y el Museo Americano de Historia Natural para entrenar y desarrollar múltiples generaciones de estudiantes. La antropología de Boas era políticamente activa y sospechaba de las investigaciones del gobierno o los mecenas. También era rigurosamente empírica y escéptica respecto de generalizaciones e intentos de establecer leyes naturales. Boas estudió hijos de inmigrantes para demostrar que las razas biológicas no eran inmutables y que la conducta y el comportamiento de cada grupo humano eran resultado de su propia historia y de las relaciones que hubiera establecido a lo largo del tiempo con su entorno social y natural, y no del origen étnico del grupos o leyes naturales. Para Franz Boas raza, lengua y cultura eran variables independientes que no podían explicarse en relación con las demás.
Partiendo de la filosofía alemana, Boas (que era austriaco) sostuvo la diversidad de culturas cuya evolución no podía ser medida respecto a la civilización europea. Boas propuso como premisa básica que cada cultura debía ser estudiada en su particularidad; y que no era posible generalizar sobre culturas diferentes, tal como se había venido haciendo en la naciente antropología por imitación de las ciencias naturales (Boas, 1964: Cap. III).
Después de la crítica de Franz Boas a la antropología evolucionista del siglo XIX, la mayor parte de las teorías producidas por los antropólogos de la primera generación se considera obsoleta. A partir de entonces, la Antropología vio la aparición de varias corrientes durante el siglo XIX, entre ellas la escuela culturalista de Estados Unidos al iniciar la centuria; la Etnología francesa; el funcionalismo estructural, el estructuralismo antropológico, el procesualismo o la antropología marxista.
La primera generación de estudiantes de Boas incluyó a Alfred Kroeber, Robert Lowie y Edward Sapir. Ellos produjeron estudios muy detallados que fueron los primeros en describir a los indios de América del Norte. Al hacer eso, dieron a conocer una gran cantidad de detalles que fueron usados para atacar la teoría del proceso evolutivo único. Su énfasis en los idiomas indígenas contribuyó al desarrollo de la lingüística moderna (comenzada por Ferdinand de Saussure) como una verdadera ciencia general.
La publicación del libro Anthropology (Antropología), escrito por Alfred Kroeber, marcó un punto clave en la antropología estadounidense. Tras décadas de recopilación crecieron las ganas de generalizar. Eso fue más evidente en los estudios sobre cultura y personalidad llevados a cabo por boasianos como Margaret Mead (1967), Ralph Linton (1972) y Ruth Benedict (1964). Influenciados por Sigmund Freud y Carl Jung. Estos autores analizaron cómo las fuerzas socio-culturales forjan la personalidad individual.
Recientemente, Kevin B. MacDonald criticó la antropología boasiana como parte de la estrategia judía para acelerar la inmigración masiva y destruir a Occidente (The Culture of Critique, 2002). En tanto que la genética ha avanzado como ciencia, algunos antropólogos como Luca Cavalli-Sforza han dado actualizado el concepto de raza de acuerdo con los nuevos descubrimientos (tales como el trazo de las migraciones antiguas por medio del ADN de la mitocondria y del cromosoma Y).
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