Si se explora la cultura española a través de la
lente del Modelo 5-D, podemos obtener una visión aceptable de los
planteamientos profundos que diferencian nuestra cultura de otras.
Distancia al poder
Esta dimensión se refiere a el hecho de que todos
los individuos en las sociedades no son iguales
y expresa la actitud general
hacia estas desigualdades entre los que "mandan" y los que
"obedecen", los que están arriba y abajo, los que tienen un mayor poder
y aquellos que -por el contrario-
ostentan un poder muy limitado. Es verdad que una misma persona adoptará
el rol del poderoso frente a unos y obedecerá ante otros, todos vivimos
situaciones en las que asumimos la responsabilidad de dirigir o la de obedecer,
pero no hablamos de eso, sino de accesibilidad por parte de nuestro superiores,
de tolerancia por nuestra parte a esas diferencias, en definitiva, como decía
en un artículo anterior, del "número de escalones que separa nuestro
despacho del de nuestro jefe, la mayor o menor dificultad para
recorrerlos" y de "lo bien o mal” que los miembros menos poderosos de
las instituciones y organizaciones aceptemos que el poder está distribuido de
manera desigual.
La puntuación de España en esta dimensión (57) refleja
que la distancia jerárquica es aceptada y los titulares de las posiciones más
poderosas y sus privilegios son admitidos de buen grado. También analiza la
aceptación del control de gestión, es decir de que el jefe requiera información
de sus subordinados y éstos acepten el derecho a controlarlos, incluso la
posibilidad de que la falta de control de la actividad un subordinado, se
entienda como que la actividad este no es relevante para la organización, lo
cual haría que ese empleado se sintiera desmotivado.
Del mismo modo, una crítica o reconvención por
parte del "jefe", será muy importante para el empleado y generará
sufrimiento en él. Los jefes, en este contexto, tienen que ser conscientes de
esta dificultad añadida, buscar pequeñas señales que permitan hacer una
reconvención mínima, reorientar el problema y evitar una reprimenda.
Individualismo
La cuestión fundamental que mide esta
dimensión es el grado de interdependencia que una sociedad mantiene entre sus miembros. Tiene que ver con la
visión de la organización a todos los niveles, social, laboral, etc. y si esa
visión se define en términos de "yo" o "nosotros".
En las sociedades individualistas se
supone que las personas deben cuidar de sí mismos y su familia directa sin ayuda de los
demás. En las
sociedades colectivistas las personas pertenecen a "grupos” de los que esperan que se ocupen de ellos a cambio de lealtad.
sociedades colectivistas las personas pertenecen a "grupos” de los que esperan que se ocupen de ellos a cambio de lealtad.
España, en comparación con el resto de los países
europeos (con excepción de Portugal) es
colectivista (debido a su puntuación en esta dimensión: 51). Sin
embargo, en comparación con otras áreas del mundo se ve claramente
individualista. Esto ha hecho que los españoles no tengan dificultades en
relacionarse con la mayoría de culturas europeas, aunque en otras partes del
mundo sean percibidos como agresivos y contundentes.
Por otro lado, el trabajo en equipo es considerado
como algo totalmente natural, los empleados tienden a trabajar de esta manera
sin necesidad de una fuerte motivación por parte de su manager.
Masculinidad / feminidad
Una puntuación alta (masculino) en esta dimensión
indica que la sociedad se a verá impulsada por la competencia, el logro y el
éxito, un sistema de valores que empieza en la escuela y continúa a través de
la conducta organizacional.
Una puntuación baja (femenino) en la dimensión
significa que los valores dominantes en la sociedad son el cuidado de los
demás, su reconocimiento y la calidad de vida. Una sociedad femenina es aquella
en que la calidad de vida es el signo de éxito y sobresalir de la multitud no
es algo admirable. La cuestión fundamental aquí es lo que motiva a la gente, la
ambición de ser el mejor (masculino) o las ganas de disfrutar con lo que haces
(femenino).
España con una puntuación de 42 en esta dimensión
es un país donde la palabra clave es consenso,
así que la competitividad excesiva no está bien visto. Los niños
españoles son educados en la búsqueda de la armonía, la aceptación de lo que
diga la mayoría, etc.. Hay una preocupación por las personas débiles o
necesitadas que generan una corriente natural de simpatía.
En cuanto a la gestión, a los administradores les gusta consultar a sus
subordinados, conocer sus opiniones y de
acuerdo con ellos, tomar sus decisiones.
En política, la idea dominante es que es deseable
contar con la participación de las minorías, tratando de evitar la presencia
dominante de un solo partido ganador. Es el país frente a "el ganador se
lo lleva todo".
Control de la incertidumbre
La dimensión de evitación de la incertidumbre tiene
que ver con la forma en que una sociedad trata el hecho de que el futuro nunca
se puede saber: ¿hay que tratar de controlar el futuro, o simplemente dejar que
suceda? Esta ambigüedad lleva consigo la
ansiedad y las diferentes culturas han aprendido a lidiar con esta ansiedad de
diferentes maneras. La medida en que los miembros de una cultura se sienten
amenazados por situaciones ambiguas o no, y si han creado muchas o pocas
"defensas" e instituciones que tratan de evitar esto se refleja en la
puntuación de la AUI.
Si hay una dimensión que define a España con mucha
claridad, es la incertidumbre. España es considerado el segundo país más
ruidoso del mundo. La gente le gusta tener reglas para todo, los cambios causan
estrés, pero, al mismo tiempo, no esta excesivamente mal visto saltarse esa
gran cantidad de normas y leyes que, de hecho, hacen la vida más compleja. La
confrontación se evita, ya que causa un gran estrés que llega hasta el nivel
personal muy rápidamente. Existe una gran preocupación por los cambios, las
situaciones ambiguas e indefinidas. Así, por ejemplo, en una encuesta reciente
el 75% de los jóvenes españoles querían trabajar en la administración pública
(es decir, un trabajo de por vida, no le preocupa el futuro), mientras que en
los EE.UU. sólo al 17% de los jóvenes le gustaría esa opción.
La
orientación a largo plazo
La dimensión “Orientación a largo o corto
plazo" está estrechamente relacionada con las enseñanzas de Confucio y se
puede interpretar como la forma de hacer frente a la búsqueda social de la
virtud, todo ello en la medida en que una sociedad muestra un mayor o menor
grado de pragmatismo en su visión del futuro, de su largo o corto punto de
vista.
A los españoles nos gusta vivir el momento, sin una
excesiva preocupación por el futuro. De hecho, España es el país que ha
transmitido el significado de "fiesta" al resto del mundo. En España,
la gente busca resultados rápidos sin demoras. Además, existe una necesidad de
estructuras claras y reglas bien definidas que prevalece contra los enfoques
más pragmáticos y relajados de la vida, particularmente, en el tiempo a largo
plazo.
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