19 sept 2011

INNOVACIÓN-CREATIVIDAD (26). La distancia entre modelos de estudio.

Innovación y creatividad, a pesar de los modelos económicos y lo dicho sobre ellos en el post anterior, ha demostrado claramente ser la fuente de la que brota el crecimiento económico. Solow, una de las mayores autoridades en este campo, afirma que los aumentos de capital y mano de obra explican solamente una pequeña parte del crecimiento en la producción (idea que comparto), siendo innovación y creatividad los responsables de la mayor parte del crecimiento económico. Mokyr y David generaron en los años 90 una nueva teoría sobre el crecimiento económico especialmente orientada al “crecimiento endógeno”, que reconoce a la innovación como la base para el crecimiento económico. Ambos autores se introducen en campos como la actividad productiva, los derechos de propiedad intelectual y la acción de las instituciones, así como su influencia en la producción de conocimiento y difusión del mismo, demostrando porqué el diseño de las instituciones económicas y políticas son un factor importante en el desarrollo económico y social.
Entender porqué algunos investigadores o grupos de investigación son más creativos y productivos que otros es importante para la comprensión de cómo ejercen su influencia sociedad, gobiernos, instituciones, organizaciones, etc..y porque surge mayoritariamente la innovación en determinados lugares y no en otros.
El papel de la creatividad en los procesos puede ser
estudiado desde perspectivas diferentes: la personalidad de los creadores, intereses personales, grupales u organizacionales, sistemas de colaboración, estructuras y procesos empresariales, sistemas de recompensa, etcétera. A todo ese potencial se producen acercamientos desde la Antropología y la Sociología, pero cuando la Economía se acerca como ciencia este campo, su resultado suelen limitarse a un “cuanto más recursos invierten en la actividad innovadora (I+D), mayor es la probabilidad de que una innovación se produzca, si bien desconocemos los resultados económicos finales de esos desarrollos”.
Como vemos, los modelos -tanto macroeconómicos como microeconómicos- omiten gran cantidad de los pasos involucrados en el proceso, siendo el resultado un marco que deja poco espacio para las diferencias individuales de modelado, incluyendo la personalidad o el papel de las emociones.
Los modelos económicos se centran en los incentivos que las empresas dedican a la investigación y desarrollo y en todo caso, a las recompensas económicas que supone –o no- para las mismas la ventaja de ser los primeros el mercado, etcétera. El enfoque es, pues, principalmente centrado en los motivadores extrínsecos de la creatividad, dejando un lado las motivaciones intrínsecas. Las referencias al investigador por parte de los modelos económicos, no suelen ir más allá de alusiones a la duración de las patentes y sutiles insinuaciones sobre como el alargamiento de esa duración, podría incentivar a los inventores de la próxima generación.
Enriquecer los modelos económicos con visiones desde la Antropología y la Psicología, podría ayudar a generar modelos más eficientes y con un mayor poder predictivo. El análisis de las estructuras de personalidad puede estar relacionado con la capacidad para adaptarse a los ambientes de trabajo, en qué forma responden los creadores a las diferentes combinaciones de factores que influyen sobre las motivaciones intrínsecas y extrínsecas, generando modelos más ricos que orienten el debate.
Ese debate podría incluir preguntas como: ¿Las personas altamente creativas, trabajan mejor de forma independiente, en grupos pequeños o integrados en las grandes empresas?  No es fácil responder a la misma sin antes conocer la estructura de esas industrias, los planteamientos personales de los individuos que trabajan en ese campo, la naturaleza el proceso creativo, cada trabajo creativo que tiempo va a precisar y como delante debe ser el equipo implicado, etcétera.
Una sima entre diferentes ciencias, en este caso la Economía y la Antropología o la Sociología, tiene sus abruptas paredes en ambas partes. Los modelos sociológicos sobre la creatividad podrían beneficiarse, igualmente, de una conexión más eficaz si fuera capaz de comprender mejor los aspectos económicos y como éstos influyen en el proceso creativo. Es verdad que existe una creciente literatura emitida desde lo social sobre el comportamiento organizacional en la creatividad que supone una aproximación al estudio con un hueco en las organizaciones, las estructuras y sus procesos económicos, mientras que la economía de la organización ha tendido a concentrarse en los incentivos a la creatividad como fuerza motriz, pasando de puntillas sobre el comportamiento organizacional, la importancia de la cultura y los valores en el mantenimiento de la creatividad.
Schumpeter dijo que la competencia desata un vendaval de “creatividad destructiva, en el que las innovaciones y las nuevas empresas que los crean alteran el orden existente y destruye a las empresas ya establecidas”. Esa destrucción creativa sigue siendo reconocida como una fuerza importante en los sistemas económicos, pero no debemos de olvidar que la actividad empresarial se inicia con una idea creativa o con la visión de una oportunidad, lo cual –se mire por donde se mire-es una idea creativa. Por tanto, contra la frase de Schumpeter y la idea de la “creatividad destructiva”, la creatividad es inherente a la actividad empresarial, la cual no existiría sin aquella.

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