Cualquier conversación inglesa debe comenzar con
"el tiempo". Pero en realidad no estamos hablando de él, los que al
analizar esto piensan en la lluvia inglesa se equivocan, hablar del tiempo en
el inicio de la conversación es una especie de código desarrollado para ayudar a
vencer la reserva natural de aquellas gentes y dirigirse uno al otro. Todo el
mundo sabe que decir "Un día
agradable ¿verdad?", o bien "¡Oh,
hace frío!", o la tan manida "Todavía
lloviendo ¿no?" y tantas otras variaciones sobre el tema no son una
petición de datos meteorológicos, son saludos rituales, una herramienta para la
vinculación social.
La
reciprocidad
Desde nuestra cultura puede parecer irracional
tanto interés por el tiempo y difícil de entender esa "particular capacidad inglesa para la
sorpresa infinita en lo relativo a la climatología". Pero no nos
engañemos, cuando un inglés dice "¿Un día agradable, verdad?", Debemos traducirlo por algo similar a "Me gustaría entablar conversación con
usted ¿Usted responderá?", o si lo quiere mucho más simple, se trata
de la transcripción al inglés de nuestro "Hola
¿qué tal?".
No se trata de mantener una conversación larga, es
algo así como un reconocimiento mutuo, un intercambio de saludos. Basta con una
respuesta ritual, un "Si
¿Verdad?", claro, debemos tener en cuenta que esa respuesta significa
un "Sí, estoy dispuesto a responder".
La ausencia de una respuesta constituye una violación menor del protocolo, una
cierta descortesía, algo así como "No,
no estoy dispuesto intercambiar un saludo con usted". Tampoco debemos
considerarlo una transgresión seria ya que las reglas de intimidad y reserva
social lo permiten en el caso de extraños. En nuestras culturas es más habitual
el preguntar "¿Como está usted?"
es más habitual y tampoco significa que realmente nos interesamos por la salud
del otro. En Inglaterra esa misma pregunta se considera algo arcaico.
Los comentarios sobre el tiempo son expresados como
preguntas o con una entonación interrogativa porque requieren una respuesta, se
trata de iniciar un proceso y
cualquier respuesta vale, incluso algo
prácticamente incomprensible, simplemente mascullado.
Por tanto, esas preguntas climatológicas son, desde
un punto de vista antropológico, un "ritual", algo basado en reglas
no escritas y tácitamente aceptadas.
La Regla de Contexto
Por supuesto, existen normas sobre el contexto en que puede ser usada
esa aproximación de la que venimos hablando. Hay tres contextos completamente
específicos en los que puede ser utilizado:
- Como un saludo simple, una especie de rompehielos también que lleve a
la conversación sobre otros asuntos.
- Como "relleno" cuando la conversación sobre un determinado
asunto deviene vacilante y torpe.
- Como forma de "desplazamiento" cuando ésta se vuelve
incómoda.
La naturaleza cambiante e imprevisible del tiempo inglés lo hace un
facilitador particularmente conveniente para la integración social.
La Regla de Acuerdo
Los ingleses han elegido un aspecto muy apropiado de su propio mundo
natural como facilitador social. La naturaleza caprichosa y errática del crimen
les asegura que siempre hay algo nuevo para comentar, para parecer sorprendido,
para especular o, mucho más importante, para estar de acuerdo.
Nunca, nunca debe contradecir a nadie hablando del tiempo, ese desacuerdo
constituye una violación seria del protocolo. Nadie le dirá que hay una que
existe esta norma, probablemente ni ellos mismos sean conscientes, pero si
usted romper deliberadamente la norma, encontrará que la situación se vuelve
tensa y sus interlocutores susceptibles. Realmente nadie se quejará, o hará una
escena por ello (los ingleses también tienen normas sobre el escándalo), pero
alguien se sentirá ofendido y lo mostrará de una forma sutil. Puede parecer un
silencio incómodo, también es posible que los más aguerridos se miren y afirmen
rotundamente que ellos sí tienen frío, es posible que alguien le pregunté con
cara de pocos amigos si realmente piensa usted eso, pero con mayor probabilidad
le harán sutilmente de lado para seguir hablando del tiempo entre ellos
cortésmente y con su frialdad mostrándole que ha metido la pata. Entre gente
muy amable puede ser que intenten disimular su error ayudándole a redefinir su
planteamiento desde una explicación personal que aísle su percepción de la "realidad",
algo así como “Ah, usted se parece a mi
marido que nunca tienen frío, siempre cree que el tiempo es suave".
Usted podría aprovechar para apuntarse a este criterio convirtiendo su metedura
de parte de una particularidad individual, aunque algo siempre queda.
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