10 may 2012

La niña de mis ojos.


Ahora hace un año. Era primavera  y extendía sus bracitos ofreciendo en ellos un mundo lleno de promesas. Se llama Miranda y desde sus ojos, azules  como el cielo de este día, te habla  y te cuenta mientras pinta la vida de colores  o  juega con su hermano a regalar besos.
Nada más hermoso que la luz de su sonrisa, nada más ameno que su charla de palabras inventadas, nada más dulce que su  mano acariciándote la cara. Me ha tomado la medida y ella lo sabe, me sonríe, se acerca, aunque no llega parece que me abraza, apoya su carita, se acurruca y entonces me vence, me desarma, desdibuja el mundo y los problemas, hace dulce el momento, ocupa todo el espacio…y doy las gracias.
Es tiempo de juegos y de risas, de pintar los pensamientos con las yemas de los dedos, de  calma. Vendrán  más años y más días, más vida  a las  espaldas y Miranda  cogerá el vuelo, vendrán algunas inquietudes, sueños, volar libre. Estaré aquí o tal vez no, Miranda en  su universo, acariciando nubes tras robar un corazón y recibir el primer beso, alguna tormenta en el camino, inquietudes, algún desvelo y otra vez el arco iris emergiendo en un susurro,  de  dos palabras al oído o del mirar de una pupila en un silencio.
Has cumplido un año, niña mía y  aunque tú lo sabes… quiero decirte que te quiero.

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