EL DERECHO A PRESENTAR BATALLA.
¿Quieres hacer algo y necesitas la colaboración de otro? Pues bien, tienes tres posibilidades, solicitarla, exigirla de forma vehemente e incluso violenta o bien sentarte y esperar a que suceda.
El primer comportamiento es un ejemplo de afirmación, nos ponemos de pie a la búsqueda de nuestros propios derechos, sin violar los derechos de los demás. En el segundo caso estaríamos siendo agresivos, violando los derechos del otro, el primero el respeto y el trato correcto. En el tercer caso, con toda seguridad estaríamos hablando de nuestro fracaso personal y profesional Calquiera de nosotros podemos reconocer las tres formas de actuación en
algún momento, tanto en los demás como en nosotros mismos. Y también, con toda seguridad, todos reconoceremos el comportamiento asertivo como el más eficaz. Por tanto, una de las claves para la eficacia es aprender a comunicar pensamientos y sentimientos sin poner en peligro nuestras opciones ni las de los demás, este tipo de actuación eleva la moral personal y la productividad en el lugar del trabajo.
Pero ser asertivo, en principio, no es fácil. Como cualquier otra expresión de sentimientos, necesidades o creencias, implica asumir un riesgo, pero dejar que el temor a esos riesgos anule nuestra expresividad sólo aumenta el estrés y la ansiedad, al margen de que nos sintamos manipulados y ello genere malhumor y conflictos. La asertividad, aunque pudiera parecer lo contrario, es un esfuerzo consciente para evitar la confrontación.
El primer paso en el camino de una acción asertiva adecuada es superar nuestro miedo a la asunción de riesgos mediante el examen de la situación lo más objetivamente posible. Recordad lo siguiente:
1. Si controlamos adecuadamente nuestros sentimientos y somos asertivos, podemos modificar la situación que está creando el problema.
2. Debemos preguntarnos lo que estamos perdiendo y lo difícil que será de recuperar si evitamos
la situación en lugar de hacerle frente.
3. Para afrontar cuestiones hay que ser racional. Preguntémonos:
a. ¿Conozco todos los hechos?
b. ¿Estoy exagerando?
c. ¿Qué estoy perdiendo por dejar que la situación continúe?
d. ¿Soy la causa del conflicto?
4. El retraso puede causar daños, a veces irreparables. Cuanto más tiempo transcurra antes de
buscar solución al problema, mayor será el daño hecho y por hacer. Los problemas sin solucionar
causan resentimiento y conducen, finalmente, a explosiones inesperadas o “implosiones” en forma
de “pasotismo”, apatía e indolencia, cuando no al absentismo basado en dolencias físicas reales o
imaginarias.
EL PROBLEMA SON LAS COSAS.-
En la vida laboral, nuestro objetivo no es ser asertivos “contra” nadie y debemos evitar el que nuestras palabras puedan tomarse a un nivel personal. Los problemas son profesionales y debemos responder a ellos de esa manera. Si los asumimos desde la perspectiva personal, estaremos siendo irracionales y responderemos a ellos de una forma igualmente irracional. Desde esa racionalidad debemos valorar que la asertividad, a veces, implica un riesgo que deberemos tener en cuenta. No se trata de ser asertivo porque sí y de una manera obsesiva, sino plantearse si tenemos algo que ganar, sin dejar de tener en cuenta que nuestra falta de asertividad en un momento determinado, puede ser un precedente para que otros utilice la suya de forma abusiva contra nosotros.
Aprender a ser más asertivo lleva tiempo, precisa de coraje y capacidad para reconocer la situación actual tal y como es y el escenario futuro que puede plantearse. Existen varios pasos que pueden ayudarnos a evitar batallas y hacer frente a situaciones en que sea necesario actuar de una manera asertiva y hacerlo con confianza.
• Desarrollar nuestro sistema de creencias personales, analizarlas concienzudamente y reforzarlas, teniendo claros nuestros derechos e igualmente nuestras responsabilidades. Reconocer nuestro poder -todos lo tenemos- para negarnos a determinadas solicitudes, o bien proponer alternativas. Esto nos ayudará a determinar la forma en que somos, o no, asertivos, analizando nuestro comportamiento en diversas situaciones. ¿Estamos satisfechos con nuestra forma de comportarnos en determinados momentos?. Sí tenemos dudas, puede ser interesante hacer un log con nuestras respuestas en situaciones en que creímos ser asertivos. Condición indispensable es ser honestos.
• Aprender a distinguir claramente entre sumisión, asertividad, agresividad, es decir los distintos comportamientos y en diferentes situaciones. Considerar la posibilidad de un comportamiento no verbal. Elegir una situación e imaginar cómo se puede manejar. Escribir nuestras respuestas habituales en lo relativo a tono, expresión facial, contacto físico, etc.. (recordemos que el comportamiento no verbal tiene prevalencia sobre el verbal).
• Determinar nuestros puntos débiles, entre otros pueden encontrarse el miedo a la desaprobación, la necesidad de complacer a otros, el miedo a ser demasiado masculino o femenino, el temor de cometer errores, etcétera.
• Visualizar cómo hacer frente eficazmente a una situación problemática considerando la posibilidad de respuestas alternativas. No actuar precipitadamente o de forma airada, contar hasta diez, realizar una respiración profunda con los ojos cerrados y concentrarnos en el control de nuestro temperamento. Estaremos preparados para presentar racionalmente los hechos, sin emociones ni conjeturas. Repetir estos pasos tantas veces como sea necesario para calmarnos antes de que podamos generar una confrontación. Debemos actuar cuando podamos imaginarnos cómodamente haciendo frente a la situación.
• Podemos probar nuestro comportamiento asertivo mediante el juego de rol con otra persona. Un elemento interesante es la grabación de imagen y sonido para observar nuestro comportamiento.
• Una vez analizado, plantear como desarrollar nuestros puntos fuertes (tanto verbales como no-verbales), e igualmente como trabajar en el desarrollo de los puntos débiles.
Si hemos llevado a cabo adecuadamente todos los puntos anteriores, repitiendo las veces que sean necesarias algunos de ellos hasta sentirnos cómodos, veremos cómo este tipo de situaciones se pueden afrontar de una forma optimista, la positiva, nunca con hostilidad o enojo.
ALGUNAS CONSIDERACIONES.-
Ser asertivos no garantiza conseguir todo lo que queremos u obligar a otros a cambiar, sin embargo es mucho más eficaz que la sumisión o la agresividad. No es necesario ser siempre asertivo, pero es necesario saber cómo serlo cuando lo deseemos. Por tanto, como es posible que aún no estemos preparados para llevar la asertividad a sus últimos extremos, será preferible construir nuestros cambios de comportamiento poco a poco, eligiendo en principio momentos que afecten a pequeños problemas, para pasar más tarde a abordar aspectos más complicados o con una mayor importancia nuestras vidas.
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