Nos aguardan días de prueba, jornadas duras.
La responsabilidad del proletariado español
y sus cabezas directoras es enorme.
Tenemos nuestro ejército en las calles
a la espera de ser movilizado.
El Socialista.27 de octubre de 1934.
A ese partido político experto en teléfonos móviles preelectorales le falta oxígeno y sus señoritos no pueden respirar, así que tratando de convencerse y convencer han elegido un lema de campaña que dice “PELEA POR LO QUE QUIERES”. ¿Por qué esta frase? Intentaremos analizarlo.
Balones fuera.
Se trata de un mensaje directo al elector y sus sentimientos, al que responsabiliza del resultado de las elecciones y lo que venga después. Él será quien decida el futuro, por tanto es él quien debe poner la solución votando a quien le advierte y que –por otro lado- si le advierte es porque conoce lo que puede suceder y posiblemente tiene en sus manos el hacer lo contrario.
Cuidado con “el otro”.
El mensaje insinúa que el PP puede ser peligroso recortando no lo que “tienes”, sino lo que “QUIERES”, cuestión mucho más importante puesto que apela a los sentimientos. Al mismo tiempo pone en valor los teóricos -e inconcretos en el mensaje (lo cual hará que cada uno visualice mentalmente aquello que más “quiere”)- avances sociales, supuestamente concedidos por el gobierno socialista.
Hechos, opiniones, sentimientos.
En cualquier negociación –y el PSOE está negociando su voto con los electores- se pueden poner sobre la mesa tres cosas, hechos, opiniones y sentimientos, nada más. Los hechos no les convienen porque son palpables, las opiniones se basan –aún siendo subjetivas- en los hechos, solamente les queda recurrir a los sentimientos. El socialismo es un dogma, un sistema de creencias, fobias y sentimientos. A eso apelan frente a las razones y los argumentos. Los sentimientos no tienen por qué ser inteligentes. Tú eres “uno de los nuestros”, aparta la racionalidad, el sentido común y vota con el amor/odio como valor supremo.
El miedo.
El miedo es generador de desasosiego y les interesa por dos cosas, porque es ilógico y en casos extremos pone a funcionar nuestro cerebro reptiliano, ese que nos mueve a huir o atacar sin pensar en las consecuencias ni en las capacidades del oponente. Sin llegar a ese extremo, los analistas del PSOE saben que