24 ene 2011

LIDERAZGO (5)- Desde un planteamiento militar(III).

Lo dicho en el post anterior anterior implicaba un nuevo concepto de "disciplina". Disciplina, según esto, no es seguir las órdenes, sino actuar espontáneamente de acuerdo con las intenciones y los objetivos. Se acuñó la frase “selbstständig denkender Gehorsam", algo así como “ la obediencia del pensamiento independiente”. La base moral y emocionante de la Auftragstaktik no era el miedo, sino el respeto y la confianza como primer deber de un oficial alemán. El resultado de la organización no depende de que sea dirigida por un genio militar, sino de que se convierta en una organización inteligente. En lugar de confiar en personas excepcionales, este tipo de organización genera sinergias al sumar la actuación, la inteligencia y el arrojo de la mayoría. Al ser capaz de adaptarse a las circunstancias, la organización tiende a tomar decisiones correctivas, empujando la ejecución del proyecto incluso sea el plan general es deficiente.
von Moltke llega a afirmar que el desarrollo de la estrategia y la ejecución de la misma es una distinción inexistente. Las técnicas de la Auftragstaktik se perfeccionaron a lo largo de décadas y sus principios consiguieron lo que se reconoce como el ejército mejor “alineado” por ninguna potencia europea desde la época romana. Lamentablemente, ese ejército consiguió en 1939 una serie de espectaculares victorias bajo el mando de los perturbados generales de aquel loco llamado Hittler, los cuales pronto intentaron controlar ese ejército con las órdenes tajantes que les dictaban sus incoherentes y abominables fantasías sobre el dominio del mundo. A pesar de todo tuvieron que combinarse las fuerzas del resto de Europa y de las dos superpotencias para derrotarlo cinco años después. En su última batalla en Berlín (abril-mayo de 1945) los restos descarnados de aquel ejército alemán actuaron de una manera próxima a lo dictado por von Moltke, intentando salvar la plaza y a los que en ella vivían,  el “por qué”, aplicando cada uno el “cómo”. Pues bien, lo poco que quedaba de aquel ejército alemán causó 300.000 muertes en los tres grupos del ejército soviético que finalmente lo venció.
COPIAR LO OBVIO
Resulta impensable que los vencedores no analizaran lo sucedido en aquella guerra. Al hacerlo comenzaron a darse cuenta de las diferencias entre unos y otros momentos de la misma en su confrontación con los alemanes. La Auftragstaktik se denominó en inglés “misión de mando” y ahora es la doctrina oficial de la OTAN. Los principios y las prácticas de mando de las misiones son escalables y transferibles. Se encuentran tanto en los cinturones romanos y en los tribunos militares, como en los mariscales de Napoleón y los capitanes de Nelson.
Algunas de las organizaciones de negocios más consistentes y exitosas    también aplican elementos de aquella doctrina. General Electric, siguiendo las indicaciones de su Presidente y consejero delegado Jack Welch, instauró lo que dio en llamar “oportunismo planeado” u ”oportunismo dirigido”, sin negar la procedencia de esa forma de hacer negocios ya que citó a von Moltke en alguno de sus discursos ante la comunidad financiera de Nueva York.
Algunos consejos:
- Decidir lo que realmente importa:
Usted no puede crear planes perfectos, así que no intente hacerlo. No planee nada más allá de las circunstancias que realmente puede prever. En su lugar, utilice su tiempo y sus conocimientos para diseñar los resultados que la organización debe de lograr. Formule la estrategia más como un intento que como un plan.
-Transmitir el mensaje:
Traslade el mensaje al resto de la cadena y deles la responsabilidad de llevar a cabo su parte del plan, que debe ser sencillo. No le diga a su gente lo que tiene que hacer y cómo hacerlo, sino lo que quiere lograr y porqué. Luego, pídales que le expliquen lo que van a hacer para conseguir resultados.
-Dar espacio y apoyo:
No trate de predecir los efectos que sus acciones van a tener, no puede hacerlo. En vez de eso, anime a las personas a adaptar sus acciones al objetivo general, a darse cuenta de cuáles son realmente sus “intenciones”. Concédale unos límites lo suficientemente amplios para que tomen decisiones por sí mismos, límites situados en aquel punto en que un error por parte de esas personas pudiera conducir al desastre.
Si la organización está suficientemente cohesionada esta forma de mando le permitirá tomar decisiones rápidas en entornos inciertos que se traducirán, sin demoras, en una acción decisiva. Se podrán aprovechar las oportunidades inesperadas y recuperarse de los reveses. Este tipo de actuación libera la energía humana y actúa como un motivador. A pesar del tiempo transcurrido los enfoques de von Moltke se adaptan perfectamente a las necesidades de las empresas, las organizaciones y los grupos del siglo XXI. El modelo está ahí y es claro, la decisión de adoptarlo, o no, es nuestra.

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