Innovación y creatividad van de la mano, y para fomentar la creatividad existen métodos aplicables tanto a las artes como a las ciencias. Generalmente esos métodos se centran en uno u otro aspecto creativo, pudiendo incluir técnicas para la generación de ideas tales como el “pensamiento divergente”, el “re-enfoque” de los problemas o los cambios exógenos. Algunas de esas técnicas requieren grupos de dos o más personas, mientras que otras puede ser aplicadas por un individuo sin necesidad de la colaboración de otros. Algunos métodos son realmente curiosos pues incluyen juegos de palabras, ejercicios escritos, diferentes tipos de improvisación o bien, algoritmos para afrontar los problemas. Algunas técnicas aleatorias explotan el azar como forma de creatividad.
Hemos nombrado el “pensamiento divergente” y algunos de ustedes se preguntarán de qué hablamos. El pensamiento divergente es un proceso de pensamiento o un método utilizado para generar ideas creativas mediante la exploración de muchas y diferentes soluciones posibles. A menudo se utiliza en un proceso conjunto con el “pensamiento convergente”, el cual sigue un conjunto de pasos lógicos para llegar a una solución.
El “pensamiento divergente”, el que nos ocupa en este momento, se produce –normalmente- de forma espontánea y fluida, lo que algunos llaman
“generación emergente”. Mediante el pensamiento divergente muchas soluciones posibles son exploradas durante un corto periodo de tiempo y se tienen en cuenta las conexiones inesperadas, de tal forma que algunas de esas soluciones inesperadas se elaboran con el fin de comprobarlas. Después de que el proceso de pensamiento divergente se ha completado, las ideas que la información están organizadas estructuradas y –si las cosas se han hecho correctamente-deberán coincidir con alguna forma de pensamiento convergente.
“generación emergente”. Mediante el pensamiento divergente muchas soluciones posibles son exploradas durante un corto periodo de tiempo y se tienen en cuenta las conexiones inesperadas, de tal forma que algunas de esas soluciones inesperadas se elaboran con el fin de comprobarlas. Después de que el proceso de pensamiento divergente se ha completado, las ideas que la información están organizadas estructuradas y –si las cosas se han hecho correctamente-deberán coincidir con alguna forma de pensamiento convergente.
La psicología nos dice que un alto coeficiente intelectual no es, por sí solo, garantía de creatividad. En cambio, los rasgos de personalidad que promueven el pensamiento divergentes si son realmente importantes a la hora de generar una actitud creativa. Ese “pensamiento divergente” se da, normalmente, en personas con un nivel bajo de conformidad y niveles altos de curiosidad, predisposición al riesgo y persistencia. Una curiosa aportación realizada por investigadores de la Universidad de Vanderbilt vino dada por el descubrimiento de que los compositores de música, profesionales que precisan de una gran creatividad, son más expertos en la utilización de ambos hemisferios y más propensos a generar divergencias cuando ponen en marcha sus procesos mentales.
Actividades que promueven el pensamiento divergente son:
- La creación de listas de preguntas.
- El pensamiento y reflexión sobre esas listas de preguntas, tanto por la misma persona que realizó una determinada lista, como intercambiando esas listas entre personas involucradas.
- El “mapeo” de los objetos en cuestión, lo que los americanos denomina “mapas de burbujas”.
- La escritura libre, es decir, el que las diferentes personas que componen los grupos de creatividad se centren en un tema en particular y escriban sin parar sobre ello durante un corto periodo de tiempo.
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