Un ejemplo paradigmático de cómo utilizar la innovación fue durante muchos años el conocido como Valle del Silicio. En 1957 los empleados de una compañía de semiconductores crearon su propia empresa, Fairchild, y en pocos años la convirtieron en una de las de mayor presencia en el sector. A medida que ésta crecía, aquellas personas con un espíritu emprendedor innegable abandonaban Fairchild igual que abandonaron la casa madre para crear nuevas empresas, generando un efecto “bola de nieve” y un aluvión de ideas. Silicón Valley tenía poco después 65 empresas creadas por solo 8 emprendedores, todas ellas nacidas de una mentalidad nueva y de innovaciones generadas, también, por unas formas de trabajo capaces de generar innovación de forma continua.
El Sur de la Bahía de San Francisco, en California, se convirtió en el asentamiento de muchas de las corporaciones más grandes del mundo de la tecnología. Su nombre hacía alusión a los chips de silicio, un material absolutamente innovador que generó miles de puestos de trabajo, aunque sus promotores y todo el personal que desarrollaba allí su responsabilidad no pararon en aquel punto, llegando un momento en que el topónimo hacía
alusión más a cualquier proceso de alta tecnología que a aquel primitivo chip. Silicon Valley sigue siendo el principal centro de alta tecnología, innovación y desarrollo de los Estados Unidos y recibiendo un tercio de la inversión en capital riesgo del país. Una gestión inteligente, el desarrollo innovador de nuevas tecnologías y una ingeniería basada en la experimentación, sin olvidar que la universidad de Stanford también aplicó una novedosa visión al considerar una obligación de solidaridad su servicio a la región, fue el germen de algo enormemente grande.Posíblemente sin esa forma de pensar innovadora por parte de todos no existiría el circuito de silicio, el microprocesador, ni las computadoras estarían sobre las mesas de trabajo de miles de personas. En 1909 Charles Herrold había iniciado todo aquello con una humilde radio, la primera que emitió en Norteamérica, de ahí a la FTC en 1910 ó 1911 con el primer sistema mundial de comunicación por radio. Cuando esta última compañía firmó en 1912 un contrato con la Marina de los EE. UU. el germen del lugar que mayores aportaciones ha hecho a nuestra forma de vida a través de la innovación continua había nacido.
No obstante, debemos decir que la innovación no es solamente un elemento esencial en el campo de la computadora, el estudio y previsión de tendencias en la delincuencia, la organización de las flotas de autobuses, los procesos en los hospitales, las nuevas formas de registros médicos, todo ello son innovaciones que hacen más cómoda y longeva nuestra existencia.
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