o Paciente ya conocido por su agresividad.
Cuando el paciente es ya conocido o se le trae al centro por la policía, debemos atenderle en la habitación o despacho más grande que exista y
permita realizar las curas o lo que precise. Ese espacio amplio permitirá que el personal tenga una mayor capacidad de movimiento. Esa amplitud permitirá igualmente la posibilidad de que la policía, algún compañero, amigo o familiar, nos acompañen.
o Paciente de riesgo elevado
Aunque observamos reiteradamente que a los pacientes que presentan un riesgo de generar problemas (ruidosos, borrachos, etc.) trata de quitárseles de la vista del resto de pacientes e introducirlos rápidamente en el despacho o la sala de cunas, este es un error de bulto. Debe dejársele en el área de espera hasta ser recibido por el médico o enfermero, es en esa área grande, abierta, donde tiene menos acceso al equipo y es más difícil para él "despistarse" del personal. Debemos tratar de mantenerlo lejos de las otras personas que esperan y de sus amigos o parientes en el caso de que observemos que la proximidad a estos empeoró la situación.
o Pacientes de bajo riesgo.
Aunque exista la posibilidad de que genere algún altercado, si observamos que el paciente a su llegada está tranquilo, no presenta un estado de ebriedad y/o es una persona mayor o fácilmente dominable sí podemos mandarle pasar al lugar donde va a ser atendido.
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