¿TENDREMOS QUE PEDIRLE PERDÓN?

El otro día Lucas se vino al blog y hoy, comiendo con mi amigo Joserra, ese personaje que me cura de pensar que en los sindicatos todo es engaño, dejadez y mugre, aunque él diga que esto es sólo un ciclo mientras el muy cabrón se gasta la vida peleando, hoy –decía- me pregunté si
algún día no tendremos que pedirle perdón a Lucas por borrarle la sonrisa. Un chico de aspecto afable, con cara de avispado y ademanes corteses, esperó a que José ,el camarero, nos mostrara los vinos y luego se acercó a él suavemente para preguntar si no necesitaban camareros, afirmando que tenía experiencia, que así se había pagado completa la carrera de periodismo. José frunció el ceño y le dijo que el mes pasado habían despedido a dos compañeros, el chaval sonrió y se marchó por donde había venido.

Mientras le veía alejarse pensé en qué cojones hacemos para que en esta España puta, después de sacrificios personales, familiares, cuando mejor preparados están los que son nuestro futuro, al final… al final solo les quede la incredulidad, la duda, el desengaño de esta maldita trampa ratonera que a base de políticos ladrones, de jueces sin escrúpulos plantados de rodillas ante el poder, de sindicatos -lo siento Joserra pero también hay que decirlo- mamones de la ubre, de banqueros cargados de avaricia, todos ellos y nosotros, les llevamos directos hacia el desengaño. Joder, cuanta falsedad y cuanta mierda. Así que, si un día le borramos la sonrisa a Lucas de la cara, por mi madre que  iremos juntos a pedirle perdón por lo que hacemos y que iremos de rodillas, arrastrando por el polvo de este tiempo la desdicha de tener toda esta gente que -tras prometerles el cielo y las estrellas- se caga en los demás.