LA CONJURA DE LOS NECIOS

¡Lo que nos faltaba por ver!

A falta de otra cosa dentro se les ha llenado la cabeza del “share” más bochornoso que nunca hubo y el asunto pinta mal. Ese insigne rey de la caspa que es Jorge Javier Vázquez, en la búsqueda del “máááááás difícil todavíííía” pretende que TVE lleve como representante a Eurovisión a Karmele Marchante y como la muy zumbada dejó de lado la medicación hace tiempo ¡pues en esas estamos! Me la trae al pairo Eurovisión, el destrozo

 cerebral que la laca pueda haber producido en las pocas neuronas de Karmele Marchante, la megalomanía de Jorge Javier –qué bonito nombre de culebrón sudamericano ¡Jorge Javier! ¡Jorge Javier!-, lo que la Telechinqüe haga con sus dineros, pero no lo que TVE haga con el de todos nosotros. Esa “televisión de calidad” que nos cuesta una pasta gansa ya ha cometido suficientes desatinos presentando esperpentos similares, pero que alguien frene a esta psicótica desestructurada o acabará mal. Vázquez sacó la caja de cartón, los triles y… “¿dónde está la bolita? ¿Dónde está la bolita? La mano es más rápida que la vista” consiguió una audiencia de panolis. Como no podía ser de otra manera, el grupo de “ilustres” colaboradores, lo mejor de cada casa, hicieron de palmeros –la pela es la pela- desde el primer momento, así que cuando Jorge Javier, ebrio de caudillaje puso las manos de Karmele en su cintura y dio cuatro pasitos alevosos, todos corrieron a bailar la conga intentando no ser el último de la fila. A la "diva”, si le quedaba alguna neurona, se le hizo puré de la impresión.Lo más tremendo no es esto, leo en un periódico que esta pobre mujer enloquecida, el jefe de la piara y todos los demás, se dedican a hablar en otro programa de la misma cadena de “conjura, fraude para con los ciudadanos, comportamientos obscenos”, de no-sé-cuántos-mil votos “a los que representar dignamente”, de “ataque a la Constitución” …¡cuánta pena y cuánta pana, Afrodisio! Ser europeos para tener que ver a esta Karmele Marchita, a esta especie de descerebrada Lady Gagá -totalmente gagá- y a su jefe, ese que cree que los demás nos ponemos el botox en el cerebro, intentar representar a España ni siquiera en la cola del pescado. En fin ¡que te calles Karmele!