9 feb 2010

NO PROBLEM (II). ¡Que caracter!


El problema: un carácter explosivo.

La solución: no te enfrentes a tu jefe (yo diría que a nadie) en esos momentos en que la ira asoma a sus ojos, en que su tono de voz y posiblemente sus gritos intentan imponerse a todo lo demás. Calma, calma y calma. Es muy posible que en
ese estado mezcle distintas cuestiones de tal manera que no sepas realmente de que está hablando. Busca en ese maremágnum de asuntos que fluyen de su boca para que se está realmente refiriendo. Se trata de enfriar su enfado y una forma de hacerlo es planteando así como: “Lamento de veras que estés tan molesto y quiero entender las razones de tu enfado. Por favor ayúdame a hacerlo”.

No debes permitir el insulto ni la intromisión en lo personal, no se trata de dejarle con la palabra en la boca, pero sí –en el caso, como digo, de que se llegue a lo personal- interrumpir su perorata con un gesto autoritario, puede ser con la palma de nuestra mano haciendo una rotunda señal de stop, para decir lo más cortésmente que podamos algo así como “Volveré cuando te hayas calmado” y marcharnos. Solamente en el caso de que se nos pidan disculpas de forma inmediata y se solicite en forma explícita y cortésmente podremos aceptar el ruego de quedarnos y continuar con la conversación. Debemos continuar atento a la evolución de su enfado y ser nosotros los que acudamos a solicitar aclarar las razones del enojo.

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