El presupuesto debe de equilibrarse, el Tesoro debe
ser reaprovisionado, la deuda pública
debe ser disminuida, la arrogancia de los funcionarios
públicos debe ser moderada y controlada
y la ayuda a otros países debe eliminarse para que Roma
no vaya a la bancarrota. La gente debe
aprender nuevamente a trabajar,
en lugar de vivir a costa del Estado
MARCO TULIO CICERÓN –55 a . de C.
Hace no mucho que algunos planteaban como posibilidad el que ella fuera la primera presidenta del gobierno de España y les juro que imaginé, fascinado, cual podría ser la composición de su gobierno. Como en el
cuadro de “La familia de Carlos IV” la imaginaba rodeada de sus ministros Zerolos, Bibianas, Willis Toledos, Bardenes, Bosés ,el Gran Wyoming ejerciendo de bufón para animar las tardes en que no hubiera un “acontecimiento planetario”, en fin, la corte de los milagros en versión pseudohippy-juvenil con Visa Oro y para no desmerecer del citado cuadro, todos ellos vestidos por Elena Benarroch. Nadie mejor que ella, joven, progre, laicista radical capaz de tergiversar lo más obvio, un papá y una mamá dedicados a lo suyo, es decir, a asombrar al director de su banco y en los ratos libres preparar golpecitos de estado en su Beniyork de allí abajo donde está el Sur, su falta de preparación y experiencia laboral y su absoluta ignorancia acerca del funcionamiento de la vida real son dos ventajas añadidas de cara a algunos votantes . La niña, con una capacidad dialéctica ¡que te cagas por las bragas! (perdónenme la licencia, pero nada más expresivo) nos sorprendió el otro día al pretender inaugurar la “Feria del Pinganillo”, se trata -como ya saben- de hacer el ridículo una vez más. Es sencillo, gentes que se entiende perfectamente hablando un idioma común -el español de España- cuando están en la cafetería, vuelven al escaño y necesitan expresarse en vasco, catalán, gallego, valenciano y es de esperar que dentro de poco empiecen la reivindicaciones del castuo, la fabla aragonesa, el lliones, el “oye, este tú” de los pijipogres, el panocho, el aranés, el bable y el tarifit por un barrio de Melilla..o cualquier otro que les salga del ángulo de la entrepierna. Nosotros a pagar traductores y los padres de la patria a volverse gilipollas desde el momento en que se sientan en el sillón.
cuadro de “La familia de Carlos IV” la imaginaba rodeada de sus ministros Zerolos, Bibianas, Willis Toledos, Bardenes, Bosés ,el Gran Wyoming ejerciendo de bufón para animar las tardes en que no hubiera un “acontecimiento planetario”, en fin, la corte de los milagros en versión pseudohippy-juvenil con Visa Oro y para no desmerecer del citado cuadro, todos ellos vestidos por Elena Benarroch. Nadie mejor que ella, joven, progre, laicista radical capaz de tergiversar lo más obvio, un papá y una mamá dedicados a lo suyo, es decir, a asombrar al director de su banco y en los ratos libres preparar golpecitos de estado en su Beniyork de allí abajo donde está el Sur, su falta de preparación y experiencia laboral y su absoluta ignorancia acerca del funcionamiento de la vida real son dos ventajas añadidas de cara a algunos votantes . La niña, con una capacidad dialéctica ¡que te cagas por las bragas! (perdónenme la licencia, pero nada más expresivo) nos sorprendió el otro día al pretender inaugurar la “Feria del Pinganillo”, se trata -como ya saben- de hacer el ridículo una vez más. Es sencillo, gentes que se entiende perfectamente hablando un idioma común -el español de España- cuando están en la cafetería, vuelven al escaño y necesitan expresarse en vasco, catalán, gallego, valenciano y es de esperar que dentro de poco empiecen la reivindicaciones del castuo, la fabla aragonesa, el lliones, el “oye, este tú” de los pijipogres, el panocho, el aranés, el bable y el tarifit por un barrio de Melilla..o cualquier otro que les salga del ángulo de la entrepierna. Nosotros a pagar traductores y los padres de la patria a volverse gilipollas desde el momento en que se sientan en el sillón.
Es posible que aún se ofendan porque arremetamos contra sus ideas, pero es que nos lo ponen a huevo, no solo cuando aquí la filóloga cofunde una farola con el “Faro de Levante” al decir aquello de que “el aborto sirve para que las mujeres que no lo deseen no se queden embarazadas” y para que "disminuya el número de embarazos no deseados", igualando una mesa de quirófano y el triturador de “desechos” con el Durex Contacto Total, o cuando mostró no ya su ignorancia, sino su estupidez al atribuir el estancamiento económico al hecho de que "el PIB es masculino, claramente masculino, y no cambiará hasta que las mujeres se impliquen en mayor medida en la toma de decisiones".
Cuando la vi expresándose con tanta galanura en los cuatro idiomas -oficiales en otras autonomías, no en Madrid- mi primera impresión fue que el Espíritu Santo había descendido sobre su cabeza, concediéndole el "don de lenguas" para solucionar la terrible tragedia –esa sí que lo es y no la del paro- que supone el no poder hablar cada uno en una jerga distinta en el hemiciclo y sí en los pasillos, "Hagamos de este hemiciclo lo que los senadores y las senadoras hacemos con normalidad en los pasillos de esta cámara", donde supongo que a partir de ahora cargarán también con el pinganillo y el traductor en una mochila a la espalda para poder entenderse. Claro que lo van a tener crudo, los pobrecitos tendrán que llevar a sus espaldas unos cuantos, porque los catalanes, por ejemplo, tendrán que llevar uno del gallego, otro del valenciano, otro del vasco y otro del español, a no ser que el único que no entiendan sea este último y puedan prescindir de los otros tres traductores, que todo podría ser. ¿Se imaginan el lío en la cafetería? Ahora me quito el pinganillo del catalán al vascuence, ahora me pongo el del gallego al mío natal, luego el del silbo gomero y bajo el volumen porque aturde en los oídos, para al final pedir tres cafés con leche.¡La leche!
Pero lo ha dicho este genio de las soluciones imaginativas, "la ciudadanía usa todas las lenguas de forma natural, e igual debe ocurrir en el Senado" y hará todo lo posible para que tan lúcida idea no se pierda entre otras cosas a solucionar que no tienen ninguna importancia. Así que, tranquilo porque sé que está en buenas manos, me bajo a comprar el pan y se lo pido a la panadera en mallorquín, que me contesta en occitano como si nada, una señora a mi lado solicita unos croissant en una variante diastrática del tagalo, no sin que una viejecita de Soria corrija sus eses predorsales por otras más siseantes, sin duda más adecuadas en la situación diafásica de aquel y aquello. Me acerco al quiosco y le pido el periódico a Miguel en un perfecto spanglish de Nueva Zelanda, él -siempre tan educado- me atiza tres seguidas al tiempo que dice “¡tu madre!” y entonces me caigo del guindo y comprendo que a la Pajín no la posee el Espíritu Santo, recuerdo sus fauces abiertas al rebuznar, sus giros de cabeza, su vómito inconsciente, sus insultos a las personas que no aceptan sus ideas y concluyo que esta poseída por la misma fuerza malévola que...¡la niña del exorcista!
Esto es una locura.
ResponderEliminarAmi- Castellón
Hola.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. No tiene sentido ver como va el país, con esta selección actual de la llama casta. No se si se pueden hacer peor las cosas.
Saludos,
Uno que trabajó, en la misma empresa que tu trabajas.
¿Te conozco?
ResponderEliminar