13 dic 2009

EL DICCIONARIO, IDIOTA.

Uno no es filólogo, periodista, ni nada que se le parezca, pero es que hay cosas que dan ganas de potar, en la segunda acepción del diccionario, es decir, de darse a la botella de mala manera. Resulta que aún a kilómetros de Miguel -mi quiosquero de cabecera- intento leer algún diario de la tierra. A veces lo consigo y la alegría es grande, hasta que me topo con uno de esos maestros de la prosa . Hoy, en un periódico de tirada nacional una boba circular me dejó patedefúa. Imaginaros, ojeo y encuentro en un suplemento a toda página “León”. ¡Coño León! el Capitán y sus copas, el Delicatessen, el
Divino, Buda, Molly Malone´s, La Lola, El Toro, los amigos y el Húmedo entero, interesante. Hasta que también a toda página leo “TROGLODITISMO EN EL PARAMO” y con el mismo ímpetu y espacio “El trogloditismo es un término acuñado a las cuevas horadadas en las lomas y escarpes del Páramo leonés para la elaboración y conservación del vino”. Juro por mi madre que no he cambiado una coma.
Entonces pienso que hace falta ser imbécil para trabajar como redactora y meter tantas barbaridades en tan poco espacio, me quedo con el nombre que no cito por hacerle un favor a la pobre chica que no se corta, en dos líneas mete otro montón de patadas (metáfora) al diccionario. Vamos a ver, bonita, por decir solo algunas cosas::
• “Trogloditismo” no existe. Es una estupidez de algún bobo las nalgas de esos que andan siempre queriendo ir más allá en la espiral del disparate. Troglodita sí, pero se refiere al que habita en cavernas, no al que guarda el vino en la bodega.
• “Acuñado a”. No se si buscas su procedencia de “cuño” o “cuña”, que las dos pueden ser, pero ¡coño! si metes la preposición “a” solo puede referirse a la segunda (1. tr. Meter cuñas, según el diccionario). Ni con cuña entra.
No sigo maestra, pero el oficio no incluye solo la firma en negrita para que se vea, es el estilo muchacha, el léxico, los nombres propios en mayúsculas y otros -si te fijas y relees veras cuales- en minúsculas, el “poner en valor”, estúpido calco semántico del ingles, el “avanzado estado de ruina” (ruina: Acción de caer o destruirse algo.. Restos de uno o más edificios arruinados), ¿avanqueeeeeee?, las “chimeneas que emergen del suelo” , zarceras, si no te importa. ¿Para que seguir? Así tres páginas completas.
Si estas pensando que soy un cabrón, pues sí, lo tomaré como adjetivo coloquial, es decir “el que resulta molesto”, pero imagina como molesta en la tierra de Delibes, Umbral, Mateo Diez, Tovar, Martin Gaite, Aldecoa, Panero, Llamazares, Zorrilla, etc, leer algunas cosas. ¡Ah! Y si me ves por el Húmedo salúdame, prometo dirigirme a ti sin utilizar este tosco estilo que a veces me caracteriza. Un saludo ý por favor...¡QUE ALGUIEN PONGA SOLUCIÓN AL DESASTRE GRAMATICAL DE NUESTROS PERIÓDICOS!



LA IMPORTANCIA DE LLAMAR A LAS COSAS POR SU NOMBRE

No hay comentarios:

Publicar un comentario